Los menores de edad representan un grupo altamente expuesto y frágil frente al nuevo virus que provoca neumonía y que ya ha causado cerca de 300 casos positivos y 15 muertes.

Del total de los diagnósticos positivos, el 34 por ciento corresponde a este segmento. Según el reporte emitido por el Sistema de Gestión de Riesgos (SINAGER), 27 niños y 56 jóvenes están con Covid 19.

Más de 30 por cada cien pacientes son niños o adolescentes, algo que en teoría no debería de ocurrir en el país, donde la evolución de la nueva peste puede llegar a ser “monstruosa” o de “dimensión catastrófica”.

Los médicos entrevistados por HRN, han explicado que no son los adultos mayores los más afectados por la epidemia, sino la población en edad productiva, pero –de manera singular- preocupa que esté en alza la cifra de menores que han resultado contagiados.

Las organizaciones que se presume vigilan por el cumplimiento de los derechos de los niños y que se ocupan de la promoción de estrategias que buscan el bienestar de éstos, han solicitado que se redoblen esfuerzos para fortalecer el sistema sanitario.

En este sentido, se ha hecho un llamado tendiente a que la población asuma su responsabilidad para evitar que continúe la propagación de esta pandemia.

Las proyecciones realizadas sobre la pandemia, subrayan que los niños y los jóvenes de Honduras están enfrentados a circunstancias de sumo riesgo que puede tener un impacto devastador sobre todo su entorno.

Sus derechos han entrado en una mayor vulnerabilidad, todo lo cual obliga a las autoridades del Gobierno a ofrecer una respuesta diferenciada para los menores, en la actual emergencia sanitaria.

Algunos críticos han hecho notar que, en relación con las estrategias que están en marcha para detener la expansión del nuevo virus, existe una indiferencia de los organismos estatales y de los entes de protección no gubernamentales ante el peligro que acecha a los infantes y adolescentes.

El replanteamiento de las medidas contra la pandemia con un manejo focalizado hacia los niños y jóvenes, es una prioridad que no ha sido atendida, concluyen los autores de tratados sobre la situación sanitaria en Honduras.