En el presente período de vacaciones de verano, el territorio nacional se encuentra bajo ataque de los criminales que le han metido fuego al bosque y, con ello, colocado al país más cerca de convertirse en un desierto.

Los datos procesados hasta ayer por el Instituto de Conservación Forestal precisan lo siguiente: 928 incendios habían afectado 43,000 hectáreas.

Entre el lunes y ayer jueves, las hectáreas arrasadas por el fuego pasaron de 39,000 a 43,000, un incremento de 4,000 hectáreas, en tanto que los incendios se incrementaron desde 853 a más de 900 eventos de este tipo.

De esta superficie, Francisco Morazán acumula más de 9,000 hectáreas dañadas; Olancho y El Paraíso llevan más de 5,000 hectáreas abrasadas, cada uno de esos departamentos; y en Gracias a Dios se han reportado 11,400 hectáreas afectadas.

Los reportes destacan, de la misma manera, que la relación es de 46.31 hectáreas perjudicadas por incendio, mientras que en las áreas protegidas se han producido 102 siniestros.

Funcionarios del Instituto de Conservación Forestal informaron que la quema del bosque reportada en El Orégano, Nueva Arcadia, Copán, había sido controlado, gracias al esfuerzo de 150 personas, entre miembros de instituciones, voluntarios y brigadistas del sector que se unieron al operativo de protección de los recursos naturales.

En varios puntos de Nueva Armenia, Francisco Morazán, las llamas se expandieron por mano criminal lo que causó pérdidas importantes en los recursos forestales de la zona.

Otro punto conflictivo es La Mosquitia, donde una brigada del Instituto e Conservación Forestal, a través del Programa Padre Andrés Tamayo, ha trabajado incansablemente en el combate a los pavorosos incendios que consumen el bosque.

El trabajo de extinción de las llamas también ha sido fuerte en Dulce Nombre de Culmí, en Olacho. En ese lugar, se libró una dura batalla para sofocar el incendio que consumió al menos 200 hectáreas y que estuvo fuera de control por varios días.

Los brigadistas asignados a la protección de los recursos forestales tuvieron que invertir varias horas en el intenso trabajo de liquidación de un siniestro en la microcuenca El Horno, San Marcos de Colón, Choluteca.

La semana pasada, los pirómanos hicieron de la suyas en la Isla del Tigre, Amapala, departamento de Valle, sin olvidar los graves daños causados por el incendio que consumió más de mil hectáreas en La Tigra y en zonas aledañas.

Es literal. Honduras arde por los incendios que han consumido unas 43,000 hectáreas a nivel nacional y que están convirtiendo al país en un territorio sin agua y sin bosque.

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