En cuanto a la segunda, es una medida más subjetiva que han identificado los observadores experimentados: los numerosos anuncios de aerolíneas nuevas o resucitadas con los dueños más inesperados, dudosos modelos de negocios o rutas nicho cuestionables.

A los emprendedores de nuevo les resulta atractiva una industria que desde hace tiempo ha ofrecido el glamur y el frenesí que una palomilla ve en una flama.

Tomar una ruta hacia el cielo es aplicar una capa nueva de pintura a una marca difunta. El 20 de agosto, Monarch Airlines, aerolínea británica que quebró en 2017, anunció que volverá a transportar pasajeros en 2024, aunque no se tiene mucha información sobre sus planes.

El gobierno de Ghana, cuya compañía aérea nacional fracasó en 2010, también volverá a lanzar una aerolínea nacional. Concretará este proyecto en alianza con Ashanti Airlines, empresa que prácticamente no tiene experiencia en la operación de ese servicio en un continente cuyas aerolíneas han perdido la impresionante cantidad de 3500 millones de dólares en los últimos tres años.

De su interés Directores ejecutivos abrumados

En una industria en que la mayoría de las empresas batallan para obtener utilidades, las nuevas compañías cuyos líderes tengan una reluciente trayectoria comprobada podrían tener una ventaja.

Sin embargo, el gobierno de México anunció hace poco que Mexicana, otra aerolínea que quebró en 2010, volverá a prestar servicios este mismo año… operada por el Ejército mexicano, una organización con poca experiencia en el campo, salvo su operación de la Fuerza Aérea.

Global Airlines, fundada por James Asquith, británico influente en las redes sociales y antiguo banquero, compró hace poco cuatro aviones superjumbo A380 de segunda mano por una ganga y prometió hacer que los pasajeros trasatlánticos “se sientan como millonarios”, incluso en la clase económica.

Es posible que batalle para lograrlo: hay muchísimos A380 usados porque otras aerolíneas prefieren aviones nuevos y más pequeños para los vuelos de larga distancia, pues es más barato operarlos.

Quizá sea igual de difícil sostener otros proyectos que han optado por operar en rutas nicho. Bermudair arrancará este mes vuelos entre su isla nacional y Estados Unidos solo con clase ejecutiva.

Vea también El Gobierno de Joe Biden le apuesta a la política industrial basada en el lugar

Más adelante este año, Beond planea una expansión rápida con vuelos de pasajeros desde su base en las Maldivas a Dubái y Delhi, con una experiencia de "jet privado" en aviones estrechos reacondicionados. Varias aerolíneas han intentado a lo largo de los años operar servicios exclusivos de clase ejecutiva. Solo La Compagnie, que vuela entre Estados Unidos, Europa y el Caribe, ha sobrevivido.

Red Way, empresa emergente con oficinas en Lincoln, Nebraska, podría servir de advertencia. Se lanzó en junio con la novedosa idea, aunque mal informada, de encargarse de la mercadotecnia, la venta de boletos y el registro de equipaje, y tercerizar los vuelos a una aerolínea chárter.

Suspendió operaciones el 31 de agosto. En junio, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por su sigla en inglés), con sede en Suiza, duplicó el pronóstico de utilidades netas para las aerolíneas del mundo en 2023 a 9,800 millones de dólares.

Pero, según hizo notar, esta cantidad equivale a 2.20 dólares por pasajero, o media taza de café en Ginebra. La pregunta, en el caso de las nuevas aerolíneas, es si esa taza está medio llena o medio vacía.

Copyright:
c.2023 Economist Newspaper Ltd, Londres 4 de septiembre, 2023. Todos los derechos reservados. Reimpreso con permiso.

Siga leyendo Conoce al cantante indígena peruano que se inspira en el 'K-pop'