Para unos, el planteamiento del nuevo Gobierno presidido por Xiomara Castro para revisar el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA), es oportuno y de beneficio para Honduras.

Otros sectores, en cambio, piensan que tal propuesta llama a preocupación, porque traerá consecuencias jurídicas, económicas y comerciales que pueden no ser las mejores para el país.

A nivel doméstico, hay muchos sectores que están interesados en volver al régimen de proteccionismo que imperaba antes de que fuese consensuado y que el CAFTA entrara en vigor.

Este régimen permitió al país salir de un mercado cerrado y altamente proteccionista para adoptar un esquema de intercambio abierto de bienes y con mejores armas para la competencia.

La actividad comercial que prevalecía antes del tratado de libre comercio estuvo caracterizada por barreras para competir, baja calidad, altos precios y mediocridad en la forma de concebir la compra y venta de mercancías.

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Los conocedores del tema concluyen que, además de los costos en ascenso que siempre afectan al consumidor, los mercados cautivos no dan lugar a la diversificación de la oferta, al mejoramiento de los procesos de transferencia ni a la búsqueda de nuevos nichos de comercio.

El convenio comercial que Honduras y el resto de naciones de Centroamérica ha suscrito con Estados Unidos, no sólo ha contribuido a generar eficiencia productiva y beneficios para los consumidores, sino a ampliar el acceso a grandes mercados.

Los exportadores han encontrado las puertas abiertas, gracias a la eliminación o disminución de tributos, tasas o tarifas para el ingreso de sus productos con mejores oportunidades de venta y precios competitivos, lo que -a su vez- se traduce en la entrada de divisas para fortalecer nuestra economía.

Críticos abordados por HRN, han señalado que es preocupante que ciertos segmentos productivos, que nunca aprendieron a competir, estén enfocados en un regreso a la época de la tutela comercial del Gobierno.

En opinión de los estudiosos, la política de auxilio estatal le corta las posibilidades a Honduras de explorar nuevos rubros para colocar sus productos en los mercados externos.

Las posiciones son encontradas. ¿Conviene a Honduras volver al proteccionismo y a los mercados cautivos o sacar ventaja de los tratados comerciales para que el país avance a un juego dinámico de la oferta y la demanda y que alcance la eficiencia en la producción de bienes y en la oferta de servicios? ¿En qué términos y hasta dónde hay que llegar en la revisión del CAFTA?

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