Un poco más de 16,000 millones de lempiras ha transferido la Tasa de Seguridad a seis sectores vinculados con el combate a la criminalidad en el período entre 2012 y octubre de 2019.

Los sectores de seguridad y de defensa son los que reciben la mayor parte de los recursos del llamado "Tasón". Entre los dos han drenado cerca de 14,000 millones de lempiras, el 87 por ciento del total de la recaudación.

Al Ministerio Público han sido transferidos 938 millones de lempiras y los programas supuestamente dirigidos a la prevención de la violencia han sido sostenidos con una suma superior a los 800 millones de lempiras.

A la Corte Suprema de Justicia se ha inyectado una cantidad de 476 millones de lempiras desde 2012 a la fecha, provenientes de la Tasa de Seguridad.

Las alcaldías municipales, de su lado, han recibido una transferencia de 84 millones de lempiras en el lapso de siete años y los meses que han transcurrido de 2019.

En este tiempo, las carteras ministeriales de Seguridad y Defensa han resultado beneficiadas con un flujo entre 500 millones y 1,600 millones de lempiras.

El Poder Judicial y la Fiscalía, de su lado, han sido entes receptores de una suma anual entre 50 y 200 millones de lempiras, según lo establece un informe detallado del Comité Administrativo de la Tasa de Seguridad.

Los otros sectores reportan una considerable diminución en los ingresos de esa fuente. Las transferencias han ido en descenso desde los 55 millones hasta los cuatro millones y desde 140 a 66 millones de lempiras.

En términos globales, el desembolso de los recursos del "Tasón" han ido de más a menos, particularmente desde 2017, cuando la distribución de fondos fue de 2,777 millones de lempiras.

En 2018, esta cifra cayó a 2,500 millones de lempiras y, al término de este año será mucho menor, ya que -hasta el mes en curso- las transferencias de la Tasa de Seguridad apenas llega a 1,266 millones de lempiras.

Análisis de organismos de la sociedad civil han calificado como escandalosos desvío de dinero captado por la Tasa de Seguridad para fines distintos de su objetivo primario.

La deuda de dicho fideicomiso con el sistema financiero permaneció estancada hasta hace muy poco en 2,000 millones de lempiras, de conformidad con los registros de los últimos tres años.

Las principales fuentes de recaudación siguen siendo las transacciones financieras, las tasas de protección del medio ambiente y las aportaciones de las comidas rápidas. En una menor proporción se encuentran la telefonía móvil y el sector cooperativo.