Un nuevo endeudamiento por más de cien millones de dólares asumirá Honduras en plena pandemia. Se trata de dos préstamos comprometidos por 59 y 50 millones de dólares con los bancos Interamericano de Desarrollo (BID), y Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

Los conocedores de finanzas y de economía tienen puntos similares en cuanto a los efectos de la pandemia que inevitablemente llevarán al país a endeudarse más y a cruzar por mayores apuros fiscales.

Un informe publicado por el Banco central el mes anterior indica que la deuda pública alcanzó hasta esa fecha 9,900 millones de dólares, un aumento de más de 900 millones de dólares respecto a los datos de 2019.

El año anterior los compromisos contraídos por el país en esa línea llegaban a 8,990 millones de dólares. De ahí que en 2020 la deuda interna y externa de Honduras se elevó en un diez por ciento, de acuerdo con lo reportado por el Banco Central.

En el mismo documento se especifica que la tendencia al alza fue contrarrestada de manera parcial por una variación cambiaria favorable y una apreciación del dólar frente a otras monedas.

El 80 por ciento de la deuda corresponde al sector público; además, se destaca que el nueve por ciento de los empréstitos fue contratado a corto plazo y el restante 91 por ciento a mediano y largo período.

Cabe mencionar, asimismo, que el 61 por ciento de la deuda externa está comprometida con organismos multilaterales y un 23 por ciento fue gestionado con instituciones financieras y proveedoras.

El sector público adquirió un nuevo endeudamiento por más de 800 millones de dólares con entidades multilaterales, 300 millones de dólares a través del Banco Centroamericano de Integración Económica, 214 millones con el Banco Mundial, 166 millones con el Banco Interamericano de Desarrollo y 143 millones con el Fondo Monetario Internacional.

Para el período 2020-2021 el Congreso Nacional autorizó a la Secretaría de Finanzas a contratar nuevos compromisos por 2,500 millones de dólares para gestionar la emergencia epidemiológica.

El Banco Central subraya en su informe que la deuda pública representa el 32 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), un porcentaje que todavía está dentro de los márgenes de sostenibilidad.

Pero los críticos aseguran que la deuda de Honduras roza el cincuenta por ciento del PIB y que desde hace mucho tiempo se volvió “inmanejable”.

No es posible aliviar el peso de la deuda pública. Para Honduras es una cadena que arrastra a la mayoría de la población a la pobreza, a la vez que debilita las posibilidades de la plataforma productiva y de la economía nacional.

Para los entendidos en finanzas esto es preocupante por una razón: Honduras debe destinar la mitad de su producción al pago del endeudamiento. De hecho, el país destina entre 35,000 millones y 40,000 millones de lempiras a la atención del servicio de deuda.

Al final, las deudas asfixiantes adquiridas por el país repercuten en la falta de fondos disponibles para atender las demandas de salud, educación y otros servicios básicos a que tiene derecho la población, más todavía en tiempos de crisis sanitaria, económica y social.