Que haya paz, a pesar de la crisis múltiple que vive nuestro país. El diálogo debe ser la solución a los problemas, no las confrontaciones que recrudecieron en el agitado terreno político-electoral. Hay que encontrar acuerdos para salvar Honduras. Nada debe quitarnos la paz, mucho menos los políticos que nos han demostrado que no tienen compromiso con la democracia ni con el pueblo. La clase política está carcomida por la corrupción, por el orgullo, por la sed de poder, no porque estén empeñados en trabajar por el bienestar de la gente o volcados al servicio del pueblo. En resumidas cuentas, nuestros líderes y dirigentes de distintas divisas no han demostrado ser hombres y mujeres de buena voluntad. Así lo han puesto de manifiesto sus acciones en más de cuatro décadas desde que Honduras volvió al orden institucional. Acabamos de acudir a una cita con la democracia en la que el pueblo ha demandado una transformación de Honduras, con oportunidades para los segmentos más postergados. Lo importante es que las nuevas autoridades del país establezcan un pacto que nos permita a todos vivir en paz, poner en práctica las enseñanzas del Evangelio y que hagamos propias las promesas del perdón, la misericordia y la piedad. Debemos dejar atrás la convulsión político-electoral y encontrarnos a nosotros mismos, examinar nuestras acciones y renovar nuestro compromiso de luchar por la reconciliación, la unidad y por una Honduras próspera. LEA: ¿Qué pasará tras declaratoria de resultados presidenciales en Honduras? Los hondureños debemos ser fraternales y compasivos unos con los otros; estar conscientes de nuestra responsabilidad con la sociedad y con nuestro país. No podemos vivir a la deriva, sino buscar la solución a nuestros males y mantenernos en pie para construir un futuro mejor como lo han prometido quienes han sido declarados para asumir el poder en el próximo período. Pongamos de manifiesto la fuerza interna que tenemos cada uno de nosotros y la voluntad inquebrantable de ser mejores personas y para edificar un futuro lleno de esperanza. Porque si bien es cierto encaramos una multicrisis en las materias económica, social y política, los acuerdos y la unidad de esfuerzos nos permitirán avanzar hacia una visión de país. Lo que falta es que nuestras autoridades antepongan sus intereses particulares y privilegien la búsqueda del bien común, la justicia, y el desarrollo de Honduras. Lo que es esencial es que la clase política entre en un proceso de depuración sincero e integral, todo por Honduras, que ha caído en la división, en la polarización y que corre el riesgo de quedar hecho “jirones” si no nos unimos todos para salvar Honduras. MÁS: Cardenal Rodríguez llama a acogerse a la ley tras declaratoria presidencial