En lugar de crear condiciones para la llegada de inversión, Honduras se ha endeudado más, afirman los críticos que han alertado: Al final, las deudas asfixiantes adquiridas por el país repercuten en la falta de fondos disponibles para atender las demandas de salud, educación y otros servicio básicos a que tiene derecho la población.

Muchas dudas tienen sectores dedicados al estudio de las cuestiones financieras acerca de la distribución del Presupuesto de Ingresos y Egresos de la República correspondiente a 2020.

Un primer señalamiento es que el instrumento que ha sido elaborado y aprobado para el período fiscal entrante, tiene un aumento de 21,000 millones de lempiras, un incremento calificado como "desmesurado".

La principal crítica al instrumento fiscal apunta a que el mismo conlleva un alto endeudamiento que supera los 36,000 millones de lempiras, que representan al menos el 13 por ciento del Presupuesto 2020, cifrado en 282,000 millones de lempiras.

Un informe del Banco Central detalla que el endeudamiento (interno y externo) roza los 12,000 millones de dólares, que casi llegan al 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Respecto a 2018, este monto se elevó en alrededor de cien millones de dólares, ya que el año pasado la deuda del país alcanzó la suma de 11,500 millones de dólares.

En el intervalo 2012-2019, la suma total de la deuda pública pasó de 6,400 millones de dólares a unos 12,000 millones de dólares, un crecimiento superior al 80 por ciento.

La mayor parte de la deuda pública ha sido contraída por el Gobierno Central, otro monto lo obtuvieron las empresas públicas no financieras y las instituciones financieras, según se establece en un informe de la institución que rectora la política monetaria del país.

Los economistas apuntan que el endeudamiento de Honduras es "demasiado alto", porque es equivalente al 50 por ciento del Producto Interno Bruto.

Y esto es preocupante por el solo hecho que Honduras debe destinar la mitad de su producción al pago del endeudamiento. De hecho, el país destina entre 35,000 millones y 40,000 millones de lempiras a la atención del servicio de deuda.

En lugar de crear condiciones para la llegada de inversión, Honduras se ha endeudado más, afirman los críticos que han alertado: Al final, las deudas asfixiantes adquiridas por el país repercuten en la falta de fondos disponibles para atender las demandas de salud, educación y otros servicio básicos a que tiene derecho la población.