• Desde la semana 16; es decir, desde abril hasta finales de 2020, el faltante de potencia se calcula en 13.97 gigavatios que equivalen a 13,970 megavatios-hora.
  • Entre 2021 y 2022, el déficit aumentaría desde 19.9 a 38 gigavatios.

La emergencia nacional ha provocado la caída de la demanda horaria de energía en aproximadamente 9.75 por ciento, respecto al valor proyectado.

Como se ha advertido, este porcentaje es mayor en las horas punta del día y la noche de los días laborales, de conformidad con lo que resalta el un informe del Operador del Sistema Eléctrico.

El análisis pone de relieve que, en cada semana transcurrida en la presente pandemia, se ha registrado una reducción promedio del 10 por ciento, tanto en la demanda como en la disponibilidad de potencia.

Un tema sobre el que se pone especial acento es el desbalance entre la demanda y la oferta que se estima para el período 2020-2022. En ese lapso, el déficit se profundizará en casi 200 por ciento.

Desde la semana 16; es decir, desde abril hasta finales de 2020, el faltante de potencia se calcula en 13.97 gigavatios que equivalen a 13,970 megavatios-hora.

El próximo año la diferencia entre la generación y la demanda de potencia aumentaría hasta los 19.9 gigavatios que son equivalentes a 19,900 megavatios-hora.

Y en 2022 el déficit llegaría a 38 gigavatios que, al convertirlos, da como resultado 38,000 megavatios, estima el análisis del Operador del Sistema Eléctrico, la entidad encargada de ejecutar funciones técnicas de programación del sistema y actividades del mercado.

A finales de este año, la participación de los proyectos de energía renovable en la matriz energética será de 47 por ciento, frente  al 52 por ciento de potencia térmica.

En los siguientes dos años, 2021 y 2022, la generación de potencia limpia crecerá un punto más, porque irá desde 55 a 56 por ciento, mientras que la energía a partir de combustibles, disminuirá y pasará de 44 a 43 por ciento.

Las evaluaciones sobre el impacto de la pandemia muestran que, a pesar de la disminución en la demanda de energía y potencia en 2020, el déficit se reduce a medida que se prolonga la emergencia.

Además, el costo total y el valor marginal promedio del servicio durante la crisis sanitaria se reducirá mientras más se prolonga el estado de excepción.