Tal y como lo habían proyectado los entendidos en la materia de educación, la crisis económica ha calado profundamente en tal grado que la matrícula en las instituciones bilingües ha caído en un 50 por ciento.

Se estima que a nivel nacional operan entre 700 y 1,000 centros educativos que ofrecen el aprendizaje del idioma inglés preferentemente, con una población entre 80,000 y 90,000 alumnos.

Hasta hace seis años, los establecimientos privados bilingües tenían alrededor de 65,000 estudiantes y la matrícula se había incrementado hasta ahora de manera sostenida en 3,000 niños y adolescentes anualmente.

La crisis generada por la emergencia sanitaria ha cambiado esta ruta con toda y la tragedia que representa para la cobertura y calidad del sistema de enseñanza-aprendizaje de Honduras.

Solamente la mitad del registro esperado para el nuevo ciclo que comienza en agosto se ha matriculado a esta fecha. ¿Qué pasó con la otra mitad?

Seguramente sus padres están a la expectativa de que las condiciones mejoren, otros tienen saldo pendiente con los establecimientos educativos y muchos más han visto disminuida su capacidad para mantener a sus hijos en la misma escuela por razones económicas.

En general, los expertos calculan que la depresión económica del país llevaría a una emigración entre 35,000 y 40,000 estudiantes del sector privado al público, debido a que sus padres no podrían financiar su formación.

Los discípulos del sector privado no tienen los problemas de acceso a la internet ni enfrentan las barreras entre los docentes y los alumnos que sí existen en los centros públicos.

El inconveniente de los niños que cursan en establecimientos pagados está relacionado más bien con el hecho que un porcentaje grueso de padres de familia ha visto retroceder su capacidad de financiamiento de los estudios de sus pequeños.

Los expertos han logrado establecer que si las actuales circunstancias no son libradas y no vuelven a la normalidad, entre el 40 y el 50 por ciento de los menores tendrían que pasar desde sus instituciones privadas a las aulas de clase del Estado.

Para estos educandos representará un cambio traumático, pues las condiciones de enseñanza-aprendizaje son diferenciadas y excluyentes. Además, este grupo de alumnos mostrarán un notorio retroceso en la calidad de su aprendizaje.

En uno de sus últimos informes, el Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes resalta que el acceso a recursos educativos en Honduras es el más desigual de la región. Tras la pandemia, la educación entrará en un deterioro sin precedentes en los sectores privado y público.