El financiamiento del Presupuesto de la República elaborado para 2020 tiene el mismo problema: Un elevado grado de endeudamiento que recae en sumo grado sobre la salud de las finanzas.

Un análisis del Foro Social de la Deuda Externa (FOSDEH), cuestiona que ha existido una tendencia a que el plan de ingresos y gastos del país sea sostenido a costa de más deudas y de más presión tributaria.

En el mismo documento es puesto de relieve que para cubrir el Presupuesto del próximo período fiscal, el país va a adquirir un endeudamiento público de 35,650 millones de lempiras.

Este monto estará dividido en préstamos y títulos de deuda y representa un aumento de cinco por ciento en comparación con la línea aprobada para los mismos efectos en 2019.

En 2010 fue autorizada una partida de endeudamiento por el orden de 16,100 millones de lempiras, lo que significa que en una década dicho renglón se habrá elevado en 120 por ciento.

Se ha intensificado una relación áspera con el “obligado tributario”, aunque los ingresos por esa vía tendrán un moderado crecimiento de 1.2 por ciento el año entrante, refieren las observaciones del FOSDEH.

Las indicaciones en dicho sentido, señalan que la meta de recaudación de impuestos es de 109,721 millones de lempiras en 2020, la cual sería fortalecida posiblemente con la aplicación del "monotributo".

Honduras es uno de los países que ha adoptado dentro de su esquema de ingresos un eje: La presión tributaria, que es el porcentaje de recursos captados con respecto al Producto Interno Bruto (PIB).

La presión tributaria de Honduras es la más alta de la región centroamericana, sólo superada por Costa Rica. En 2019, este indicador sube a 17 por ciento en nuestro país.

Los entendidos en economía y en finanzas, reparan en una verdad: La recaudación tributaria afianza la regresividad fiscal, debido a que la principal fuente sigue siendo el pago de impuestos indirectos que impacta sobre los que menos tienen.

El Presupuesto de la República para el período entrante está cifrado en 283,000 millones de lempiras. La Secretaría de Finanzas y la cúpula empresarial acordaron fusionar sus representantes en mesas de trabajo integradas para analizar en todos sus elementos el plan de ingresos y gastos en busca de un balance y uso racional de los magros fondos con los que cuenta el país.

FIN