Está en duda si el nuevo modelo de administración y operación de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), basado en la división de la estatal en tres unidades, sea la alternativa para su rescate.

Los expertos en economía han señalado que alrededor de dicho planteamiento pueden ser formuladas varias interrogantes para las cuales No se han presentado respuestas contundentes, ni completas, ni claras.

Y es que, hasta ahora se pusieron en marcha diversos modelos para enderezar las finanzas de la institución de servicio público; ninguno de ellos ha tenido los resultados prometidos.

La ENEE ha continuado desplomándose por las pérdidas técnicas y no técnicas, la mora creciente y las ataduras que supone la vigencia de contratos leoninos de generación de potencia.

La bancarrota de la institución es un reto que algunos consideran imposible de cumplir. El desbalance financiero de la ENEE No ha podido ser reducido, muy a pesar de las deudas adquiridas por el Estado y de las asignaciones presupuestarias aprobadas por el Poder Legislativo.

En el primer semestre de 2021, el pasivo total de la institución creció en 3,000 millones de lempiras. De acuerdo con los reportes de la misma empresa, en enero las deudas eran de 80,395 millones de lempiras y en junio la cifra pasó a 83,400 millones.

Estos datos llevan a interpretar que, en apenas seis meses, la deuda de la empresa se elevó en más de 3,000 millones de lempiras.

Noticia relacionada: Desbalance entre ingresos y gastos de empresas públicas hunden finanzas en Honduras

A diciembre de 2019, el pasivo de la ENEE se situaba en 71,000 millones de lempiras y, desde esa fecha, pasó a más de 83,000 millones, lo que significa que se alzó en 12,000 millones de lempiras en dos años.

En lo que respecta al déficit acumulado, los reportes especifican que en 2019 esta suma era de 52,600 millones de lempiras y para finales de 2020 se movió hasta los 57,700 millones.

A junio de 2021, la brecha entre los ingresos y egresos creció hasta los 62,500 millones de lempiras, señala un reporte de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica.

Los entendidos en la industria energética han expresado que hay que estar vigilantes para que la división de la ENEE en tres empresas no obedezca a "intereses oscuros" creados para favorecer a otros operadores de energía. No se puede sacrificar el bien público por el bien privado, sostienen estos sectores críticos.

La transformación de la estatal eléctrica, en todo caso, debe iniciar por enderezar las finanzas, disminuir las pérdidas técnicas y no técnicas, revisar los contratos de generación y aliviar el déficit acumulado.

La deuda externa de Nicaragua es de 12,007 millones de dólares, 95.1% del PIB