Entre abril y mayo, el porcentaje de letalidad por el nuevo virus en el país se ha reducido a la mitad.

De acuerdo con el compendio de datos del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), el índice de letalidad por el covid-19 en Honduras llegó a situarse en 10 por ciento en el período entre marzo y abril.

En esa línea de tiempo, Honduras se convirtió en el país con la relación más alta de fallecidos por cada cien contagiados por el nuevo virus a nivel del área y se ubicó entre las naciones con la tasa más elevada a nivel mundial, cifrada en un 10 por ciento.

Hasta el 25 de abril, en el país se contabilizaban 59 muertos y 627 personas contagiadas con el nuevo virus, lo que daba como resultado un indicador de 9.4 por ciento de fatalidad, mientras en América Latina rondaba el siete por ciento en las zonas con mayor porcentaje de infección.

Hace un mes, Cortés registraba un porcentaje de muertos de 81.9 por ciento, Francisco Morazán, Atlántida llegaba a 4.8 por ciento, Yoro mostraba un 3.6 por ciento y en Francisco Morazán dos de cada cien contagiados fallecían por el covid.

A inicios de mayo, la cantidad de enfermos había subido a más de 800 y provocado 75 decesos, para dar como resultado una letalidad de 9.3 por ciento.

Al 15 de mayo, más de 2,500 personas habían sido infectadas por el virus que transmite el covid 19 y las víctimas mortales ascendían a 138 a nivel nacional; esto es, 5.5 por ciento.

En la presente semana, el país ha llegado a la barrera de los 4,000 contagios y de los dos centenares de decesos, correspondiente con un porcentaje de 4.5 por ciento.

Cortés agrupa al 79 por ciento del total de muertos por el nuevo; seguido de Francisco Morazán, cuyo porcentaje de fatalidad es de casi siete por ciento; y Yoro, donde se contabiliza el cinco por ciento del conjunto de víctimas.

Aun así, Honduras tiene la tasa de mortalidad más alta de Centroamérica. En Guatemala y El Salvador es de dos por ciento y en Costa Rica es de apenas uno por ciento.

La disminución desde 10 hasta 4.5 en la relación de fallecidos por cada cien pacientes de covid se atribuye a varios factores. Uno de ellos es el incremento en la cantidad de pruebas realizadas.

De alrededor de 40 ó 50 que eran procesadas en las primeras semanas epidemiológicas, se ha pasado a 500 y hasta 700 muestras, en promedio. Hasta ahora, Honduras ha realizado alrededor de 14,000 exámenes de diagnóstico.

Quizás, la intervención más significativa es la de un grupo de médicos especialistas que han realizado estudios científicos basados en el comportamiento de la pandemia en el país.

Estas investigaciones han concluido con la construcción de protocolos y la aplicación de tratamientos específicos para cada una de las fases por las que atraviesan los pacientes.

Entre los pacientes con afección leve, es administrado el tratamiento “MAÍZ” que es una mezcla de Microdacyn, Azitromicina, Ivermectina y Zinc.

En un estadio más avanzado que refiere una complicación de los enfermos hospitalizados, el método es conocido como “Catracho”, llamado así por la administración de medicamentos como la Colchicina, antiinflamatorios, Ivermectina, anticoagulantes y la hidroxicloroquina, además del suministro de oxígeno.

Y el fin de semana fue lanzado el procedimiento bautizado como “MAIZ TRIPLE A”, que es la aplicación de fármacos puntuales en aquellos pacientes que presentan un cuadro grave mientras son trasladados al centro hospitalario.

Los especialistas coinciden en que en la actual fase de la pandemia ya no es tan trascendente contabilizar el número de contagios, sino analizar e interpretar las cifras sobre el porcentaje de mortalidad, con el objetivo de plantear una estrategia de intervención que evite que los contagiados leves avancen hacia un estadio moderado o grave, o que su vida esté comprometida en una unidad de cuidados intensivos.