Jennifer Lizzeth Bonilla, esposa del excapitán acusado de lavado, Santos Rodríguez  Orellana Rodríguez Orellana, expresó un angustioso mensaje desde la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), en Támara, Francisco Morazán, en donde se encuentra recluida por el mismo delito.

"Es difícil para nosotros estar en este lugar injustamente, es como el colmo de un abogado penalista en mi caso, a venir a este lugar por lavado de activos cuando; yo misma defendí a personas y las saqué de este lugar", dijo desde su celda y por medio de un teléfono puesto en alta voz por un familiar que estaba fuera de la prisión durante una manifestación de apoyo para ella y su marido.

Bonilla declaró con voz entrecorta que "es difícil haber dejado a mis hijos y que nos quiten la única casa, a pesar que nos atribuyeron miles de bienes, en mi caso solo tengo una casa y ahora mis hijos están rodando".

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En su declaración expuso que "nosotros nos quedamos en el país luchando, sin saber que estábamos cometiendo un delito , ahora el poder nos tiene presos, fue una orden, todos lo sabemos, es una orden del Ministerio Público (Óscar Chinchilla) quien se prestó para este tipo de acciones".

"Yo sé que vamos a salir de este lugar con la frente en alto porque las chachas como dijo mi esposo no nos hacen delincuentes . En Honduras no ha existido un Estado de derecho, ya tenemos seis meses recluidos, es duro estar aquí, he visto muy poco a mis hijos, es difícil estar aquí", finalizó.

Rodríguez Orellana, quien se encuentra recluido en el Primer Batallón de Infantería, fue capturado junto a su esposa y su suegra Reina Bonilla el pasado mes de noviembre de 2021 en las instalaciones del Aeropuerto Internacional Toncontín en Tegucigalpa.

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