En el vigésimo aniversario del 11-S, los talibanes han vuelto al poder en Afganistán con un gobierno interino recién anunciado tras una fulgurante campaña durante la retirada de Estados Unidos, algo que ha causado inquietud en buena parte del mundo.

Tanto para los talibanes como para los defensores del depuesto Gobierno de Ashraf Ghani, los mayores ataques terroristas contra Estados Unidos de la historia marcan un momento catastrófico para Afganistán, aunque por motivos bien distintos.

"Miseria y crisis" para los talibanes

El 11 de septiembre del 2001, cuando los aviones chocaron contra las torres gemelas en Nueva York y el Pentágono, mientras otro cayó en Pensilvania, solo sirvió para «traer miserias y crisis» a Afganistán, dijo a Efe Mualim Ghznawi, miembro de la comisión de cultura e información de los talibanes.

«Causó el colapso de un sistema islámico funcional que había sido establecido para luchar contra la corrupción, injusticia y otras crisis sociales», consideró Ghznawi.

Un régimen que entre 1996 y 2001, bajo la batuta del mulá Omar, se caracterizó por su represión a las mujeres y su conservadora interpretación del islam, además de su brutalidad.

El 7 de octubre de 2001 Estados Unidos lanzó la «Operación Libertad Duradera», una invasión a gran escala contra el régimen talibán que se había negado a entregar al cerebro de los ataques, el líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, escondido en Afganistán.

Misión Fallida

Tras el colapso del régimen, Washington «impuso a funcionarios corruptos y que no estaban comprometidos con el país y su gente. El 11 de septiembre no fue un buen día para Afganistán», concluyó el insurgente.

El general Dawlat Waziri, analista de defensa y portavoz del Ministerio de Defensa del Gobierno depuesto, consideró igualmente que el 11 de septiembre de 2001 fue «un día de miserias» para Afganistán.

«Los estadounidenses vinieron a Afganistán a eliminar a los grupos terroristas y ayudar a los afganos, reconstruir Afganistán y establecer un Gobierno estable (…), pero en vez de eso la guerra continuó durante 20 años, el país fue destruido y las esperanzas de los afganos fueron destrozadas», explicó.

Waziri lamentó que dos décadas de Gobierno afgano apoyado por EE.UU. y la comunidad internacional haya dejado un balance de miles de fuerzas de seguridad, talibanes y civiles muertos, sin contar con los desplazados internos y externos, así como una economía en ruinas.

Estados Unidos «fracasó a la hora de eliminar a Al Qaeda, cuyo líder fue encontrado en Pakistán, y otros grupos terroristas» como el Estado Islámico (EI), dijo.

Los talibanes se hicieron con el control de Kabul el pasado 15 de agosto, debido a una ofensiva fulgurante tras la retirada final de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN de Afganistán.

El nuevo Gobierno interino de los talibanes, anunciado esta semana, ha recibido críticas de la comunidad internacional por estar integrado únicamente por miembros de la formación fundamentalista y carecer de mujeres.

Por ello, Waziri llamó a los talibanes a «no repetir errores del pasado» y promover un Gobierno con representación de distintas fuerzas políticas y étnicas, además de mantener buenas relaciones con el exterior.

Preocupación en la escena internacional

La falta de diversidad en el Gobierno interino anunciado esta semana, así como la nula presencia de mujeres, las imágenes de periodistas torturados por los talibanes y la prohibición de las manifestaciones han causado inquietud en la escena internacional.

«Hemos trabajado con la comunidad internacional y el pueblo de Afganistán para asegurar que las condiciones de acceso a la educación, la participación en el mundo laboral y la protección de los derechos básicos de las mujeres y las niñas son preservadas y se desarrollan», dijo hoy la ministra de Exteriores australiana, Marise Payne, en una rueda de prensa en Nueva Delhi

Australia busca asegurar, junto a otros miembros de la comunidad internacional, que la participación de las mujeres y las niñas en Afganistán «continúa como es su derecho».

Pero además de la situación de las mujeres, numerosos países han declarado estar preocupados por la posibilidad de grupos terroristas como Al Qaeda o el EI refuercen su presencia en Afganistán, a pesar de las promesas de los talibanes.

«La retirada de EE.UU. de Afganistán solo atiza las actividades de esta organización terrorista (el EI), que continúa siendo una enorme amenaza para Asia, África, el Oriente Medio y Europa», señaló hoy el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev. 

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