De catastrófico catalogan los entendidos en la asignatura educativa que el analfabetismo en Honduras se haya multiplicado por tres en los diez años anteriores.

Funcionarios de la Secretaría de Educación cuestionan que los logros obtenidos en el campo de la lecto-escritura en diez años quedaron en nada.

Estudios realizados por investigadores universitarios indican que 800,000 personas no saben leer ni escribir. Este grupo de marginados representan el 12 por ciento por ciento de los mayores de 15 años, más del doble del porcentaje determinado por la UNESCO para declarar a un territorio libre del analfabetismo.

La Encuesta Permanente de Propósitos Múltiples de 2018 refleja que el 12.8 por ciento de los hondureños son analfabetos, pero esta variable se situaba en 11.8 por ciento un año antes, lo que significa que cada año tiende a ensancharse el segmento de los iletrados.

Este nivel de retraso es mayor en las zonas rurales, donde sobrepasa el 15 por ciento o roza el 20 por ciento, según la interpretación de los datos estadísticos arrojados por los trabajo de campo realizados por expertos.

Esto se explica porque las regiones rurales también son las más postergadas del país en desarrollo humano y acceso a los servicios básicos. Sus comunidades presentan mayor pobreza y menos oportunidades para estudiar.

Nueve de cada 10 docentes que concursan por una plaza reprobarían si se repite la historia de concursos pasados

Honduras se ha quedado a la zaga en los esfuerzos para sacar a la población de su estado de analfabetismo. Cuba, Nicaragua, Bolivia, Perú y Ecuador, son los países que más han avanzado en el propósito de sacar a su población de la ignorancia, a través de la esencial tarea de enseñar a leer y a escribir.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, subraya en sus informes que la tasa de analfabetismo entre las mujeres es menor que la de los hombres.

El 87.27 por ciento de la población femenina sabe leer y escribir, contra 87.14 por ciento que le corresponde a la agrupación masculina de Honduras.

El analfabetismo es un problema que pone de manifiesto el grado de desigualdad social del país y que refleja el abandono a que es condenada la población.

Los tratados de la UNESCO enfatizan que para cerrar esta brecha, Honduras debería de incluir entre sus prioridades la formación continua de los docentes y ampliar la conectividad en las comunidades.

Los planes y programas tienen que ir dirigidos a extender el acceso a los servicios de educación y, de igual manera, involucrar a todos los actores del sistema de enseñanza-aprendizaje.

Los expertos concluyen que si no se hace nada para sacar del oscurantismo a la gran mayoría de hondureños, más personas estarán desmotivadas para estudiar y condenadas al subdesarrollo humano.

Editorial HRN: El concurso docente y una nueva malla curricular