Seis de cada diez padres de familia están sumidos en la crisis económica por la pandemia y el 67 por ciento de los hogares no tienen conexión a la Internet.

Estas condiciones trazan un futuro incierto para los niños y jóvenes del país en cuanto a su permanencia en el sistema educativo y su integración en los esquemas virtuales de enseñanza-aprendizaje.

Los aspectos apuntados están contenidos en un análisis presentado por académicos bajo el título “Grandes Logros en la Enseñanza, Grandes Retos en el Aprendizaje”.

El estudio tiene como propósito conocer cómo visualizan los padres de familia lo que ha ocurrido durante la suspensión de clases presenciales en los diferentes centros educativos del país y, de igual forma, plantear diversos escenarios en este campo.

Uno de los puntos resaltados es el declive del sistema educativo hondureño. La cobertura es bastante limitada al punto que en 2019 se estimaba que 900,000 niños y jóvenes estaban fuera del sistema. Los bajos niveles de aprendizaje es otro de los fracasos de la educación nacional.

A estos dos factores se agregan los elevados porcentajes de pobreza y desigualdad social imperantes en Honduras, que se reflejan en la desigualdad de oportunidades educativas, subraya el informe “Grandes Logros de la Enseñanza, Grandes Retos del Aprendizaje”.

Las debilidades y amenazas del sistema educativo hondureño se han profundizado en la pandemia del covid-19. Hay que citar en este apartado los problemas de conectividad a la Internet que dificultan aún más la estrategia de clases virtuales.

El 13 por ciento de las casas tiene computadora, el 16 por ciento cuenta con internet fijo, un tres por ciento dispone de acceso a la autopista de la información de manera permanente, pero un 67 por ciento carece de este servicio.

Un 58 por ciento tiene servicio de televisión por cable u otros análogos y solamente el 13 por ciento de los hogares no cuentan ni con televisión ni con radio o grabadora.

Un buen segmento de los padres de familia consideró que es necesario revisar y ampliar las estrategias de comunicación entre docentes y estudiantes para lograr una participación en las actividades educativas.

Sin embargo, esta apertura a que hacen referencia los progenitores de los estudiantes no es fácil de sobrellevar, ya que las condiciones de conectividad inciden en la actividad educativa de los menores. Muchos de ellos se han quedad fuera de dicho vínculo ofrecido por medios virtuales.

La mayoría de los padres de familia creen que sus hijos están aprendiendo menos en este período de clases en línea. El 40 por ciento están de acuerdo con que se mantenga el uso de los medios virtuales y otra proporción similar considera que la estrategia es “insuficientes”.

Otro de los hallazgos recogidos en el informe sobre la gestión educativa en tiempos de crisis es que cuatro de cada 10 padres aprueban la vigencia del calendario escolar y un sector semejante sugiere recuperar el tiempo perdido en noviembre y diciembre de 2020 e incluso en enero de 2021.

Hay un mayor consenso para que continúe la aplicación de los medios virtuales y que se tome como una prioridad un currículo que vaya más allá de las asignaturas básicas.

Los padres de los estudiantes de grados superiores son del parecer que hay que regresar en cuanto sea posible a los centros de enseñanza para la integración de sus hijos en clases semi-presenciales.

La pandemia mantiene en unidad de cuidados intensivos al sistema educativo hondureño, afectado por la baja cobertura, los altos niveles de deserción, repetición y un mediocre rendimiento de los alumnos, sumado a un regular desempeño de los docentes.