Cerca de 10 mil menores de Centroamérica cruzaron ilegalmente sin sus padres en febrero de México a Estados Unidos, casi el doble de las cifras de enero, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos.

El aumento se produce después de que el gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, citando razones humanitarias, dijera a principios de febrero que no expulsaría a menores no acompañados, como un cambio de política con respecto a la administración anterior.

De acuerdo con los organismos protectores de los migrantes en México y Estados Unidos, muchos de estos menores buscan reunirse con sus padres nuevamente, luego que fueran separados por las políticas migratorias del pasado presidente Donald Trump.

Más que cualquier otro grupo de migrantes, estos niños representan un desafío político, logístico y moral para Biden, ya que ponen a prueba la capacidad de su gobierno para procesar y albergar de manera segura a los recién llegados que huyen de la pobreza y la violencia en Centroamérica.

Los traficantes o contrabandistas de personas, al ser consultados dijeron que habían transportado a menores no acompañados en las últimas semanas, trasladándolos en autobús, automóvil, barco e incluso en avión, lo que un traficante bien conectado calificó como la "forma más rápida" de su red para traer niños desde Centroamérica.

Algunos traficantes de personas dijeron que han estado alentando a los padres, para que envíen a sus hijos solos como resultado del cambio en la política estadounidense, "Ahorita es un buen tiempo para aprovechar porque los niños están pasando rápido", explicó uno de ellos.

Nota: Mario Rodríguez

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