Proteger la piel durante todo el año, no solo en verano, es importante para prevenir el cáncer de piel. Las cifras de esta enfermedad siguen aumentando y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que antes de finalizar el 2019 se habrán diagnosticado unos 6.205 casos de melanoma.

Contrariamente a otros tipos de cáncer, el de piel es el más fácil de prevenir, sin embargo, la visita al dermatólogo todavía no es común. Esto dificulta el diagnóstico precoz tan necesario para evitar que esta enfermedad evolucione, reseñó 20 Minutos

Para ello, la SEOM emitió varias notas de prensa y folletos para concienciar aún más a la población de lo imprescindible que es proteger y revisarse la piel.

¿Cómo controlar los lunares?

Las personas que se consideran grupos de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel son aquellas que se exponen al sol de forma indebida, tienen antecedentes familiares de melanoma o presentan muchos lunares (más de 50).

En estos casos, el control debe ser exhaustivo, aunque todas las personas deben revisarse la piel con asiduidad. 

La razón está en que es posible que haya aparecido un lunar nuevo o que alguno que ya se tenía haya cambiado. Para ello, hay que regirse por la regla del ABCD.

Asimetría: el lunar no es redondo, sino que presenta una forma asimétrica en la que no hay dos partes que sean iguales.

Bordes: están muy poco definidos, desdibujados e, incluso, a veces hay cortes lo que provoca la asimetría anteriormente mencionada.

Color: el lunar no presenta un color uniforme, sino que pueden apreciarse varias tonalidades. Por lo general, suelen ser colores oscuros.

Diámetro: los melanomas suelen llamar la atención porque tienen un tamaño grande de 6 milímetros y continúan creciendo.

Aunque los lunares pueden seguir apareciendo a lo largo de nuestra vida, vigilar cualquier cambio que se pueda producir en ellos es importante para prevenir el cáncer de piel. 

Además de la regla del ABCD es posible que los lunares piquen, cambien de color (por ejemplo, de marrón a gris) o que su superficie se vuelva escamosa y empiecen a desprenderse pequeños trozos. En estos casos, hay que acudir al dermatólogo lo antes posible.

¿Qué hace el dermatólogo?

El dermatólogo utiliza un instrumento llamado dermatoscopio. Este permite ver de cerca si cada lunar cumple con la regla del ABCD mencionada. En el caso de que el especialista no encuentra nada extraño, pero el lunar sangra, pica o existe un pequeño riesgo de que pueda evolucionar hacia un melanoma lo extirpará.

Si el dermatólogo detecta alguna anomalía en el lunar, tomará una pequeña muestra de tejido para realizarle una biopsia. De esta forma, sabrá si es maligno o no. 

En esa última situación, dependiendo del estadio en el que se encuentre el melanoma podrá requerirse solo una cirugía o que esta esté acompañada de quimioterapiaradioterapia o terapia biológica.

Tipos de melanoma

No existe un solo tipo de melanoma pues, según la SEOM, se pueden identificar hasta cuatro formas diferentes en las que un lunar puede evolucionar hacia una lesión maligna. Estas son sus características:

Melanoma de extensión superficial: afecta a mujeres y hombres de entre 40 y 50 años, y suele aparecer en el tronco o en las piernas. Este melanoma crece de forma muy lenta, tiene un color intenso, sus bordes están bien delimitados, pero son irregulares. Pueden aparecer varios al mismo tiempo.

Melanoma nodular: aparece en mujeres y hombres de entre 50 y 60 años. Se puede localizar en cualquier parte del cuerpo, aunque es más frecuente en la cabeza o el tronco. Este melanoma se presenta como una lesión elevada con color variable y que puede sangrar.

Melanoma acrolentiginoso: afecta a personas de raza negra u oriental. Suele aparecer en las palmas de las manos y de los pies, mucosas, región genital y anal, y debajo de las uñas. Este melanoma es muy agresivo y, al principio, es como una mancha. Sus colores son similares, pero los bordes no están definidos.

Lentigo melanoma maligno: aparece en mujeres y hombres de entre 60 y 70 años en las áreas expuestas al sol (cara, cabeza o cuello). Este melanoma se manifiesta como una lesión pigmentada plana que va creciendo de forma muy lenta. No es un tipo de cáncer de piel común.

A pesar de que estos melanomas suelen aparecer a partir de los 40 años, pueden hacerlo mucho antes si la piel no se protege debidamente del sol. Además, acudir al dermatólogo una vez al año para revisar los lunares, sean estos nuevos o no, es la mejor manera de prevenir el cáncer de piel.  Fuente: Globovisión