"La paz nunca se hace en la guerra. La paz se hace en la paz, alrededor de la mesa, a través del diálogo, a través de la creación de confianza", afirmó Francis en una rueda de prensa durante la VI Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente (UNEA-6), que se celebra en Nairobi desde el pasado lunes hasta este viernes.

El diplomático de Trinidad y Tobago, tras subrayar la importancia de "evitar más derramamiento de sangre, dolor y sufrimiento", aseguró que espera que las partes "directamente implicadas" en el conflicto "se muestren abiertos y dispuestos a un proceso político de diálogo que pueda abrir el camino hacia una solución duradera".

"La guerra debe terminar (...). Porque lo que está ocurriendo es una ofensa al espíritu humano y a la dignidad humana. Provoca una gran inquietud y angustia entre la gente", lamentó.

Al ser preguntado sobre qué posibilidades hay de adoptar medidas que acaben con la guerra, Francis aseguró: "La guerra es una decisión, es una decisión humana. Y, por tanto, no es difícil detener la guerra. Los que están haciendo la guerra pueden, en un momento iluminado, decidir: vale, la paramos".

"Pararla no significa rendirse. No significa anular el derecho legítimo del pueblo israelí a vivir en paz y seguridad. No significa nada de eso. Significa simplemente no arriesgarse a que las personas que viven en Gaza sigan perdiendo su dignidad humana", matizó.

El presidente también recalcó la importancia de que se abra "el suministro de ayuda humanitaria y apoyo a la población de Gaza".

La ONU, señaló, tiene dos objetivos: "Uno, detener el derramamiento de sangre y el sufrimiento. Y dos, avanzar con decisión hacia un proceso de paz que perdure".

Y la "única forma creíble de abordar de manera decisiva y definitiva esta cuestión", destacó, es a través de "la solución de los dos Estados".

La guerra entre Israel y Hamás estalló el 7 de octubre tras un ataque del grupo islamista que se saldó con 1,200 muertos en territorio israelí y la toma como rehenes de al menos 240 personas.

Desde entonces, la ofensiva militar israelí sobre Gaza ha causado más de 30,000 muertes confirmadas entre palestinos y al menos 70,400 heridos, de los cuales el 70 % son mujeres y niños.

Se calcula que unas 8,000 personas están sepultadas y muertas bajo escombros de edificios destruidos, en un paisaje de devastación sin precedentes que, según expertos, no se veía prácticamente desde la II Guerra Mundial (1939-1945).

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