"A mi hermana la mataron y la van a pagar muy caro, asesinos, malditos", fue la desgarradora declaración de Nancy Martínez, hermana de la estudiante de enfermería encontrada casi sin vida en una celda de la posta policial en La Esperanza, Intibucá, al occidente de Honduras.

La muerte de Keyla Patricia Martínez, de 26 años de edad, se suscitó bajo la custodia policial, tras ser detenida por supuesto escándalo público y por haber irrespetado el toque de queda.

Por consiguiente, fue encarcelada en una celda de la Unidad Departamental número 10 de ese departamento, según informe policial.

En ese contexto, Nancy, hermana de la joven fallecida, aseveró que "a mi hermana nunca la miré ebria, ella era quien nos cuidaba, tampoco creo que estuviera haciendo escándalo en vía pública, tal y como lo asegura la Policía".

Añadió entre lágrimas que "solamente me avisaron que mi hermana estaba muerta. Sé que la mataron y voy a hacer justicia. Es un dolor muy grande”.

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“Cuando me llamaron en la mañana de domingo pensé que era para ir a sacarla, y me salen con que se suicidó, eso es falso. No le dieron el derecho a la llamada que ella tenía, si la Ley hubiera actuado de manera correcta ella me hubiera avisado", recriminó la joven.

De su lado, Dora Martínez, tía de la estudiante de enfermería Keyla Martínez, apuntó que "esos policías de Intibucá son un escuadrón de la muerte".

Opinión

En relación al caso, el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), Hugo Maldonado, subrayó que "si cualquiera de ellos (policías) participó en la muerte de esta joven, deben ser castigados conforme a derecho".

De tal manera que "es importante conocer el informe forense de su muerte, determinar si hubo o no abuso”, confió Maldonado.

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