La estrategia de la seguridad comunitaria que es planteada por el gobierno ha generado reacciones encontradas.

Mientras la presidente Xiomara Castro ha instalado las llamadas "mesas de seguridad" y le ha dado nueva vida a la policía comunitaria para contener la delincuencia y la criminalidad, hay sectores que señalan que dicho esquema no tendrá efectos si no se completa la depuración de la institución del orden público y no sean atacadas de raíz las causas de la violencia.

El modelo comunitario había sido planteado a finales de 2013 para bloquear las actividades de los malhechores que habían convertido en ingobernables varias zonas del territorio nacional.

Los funcionarios responsables de la seguridad pública señalaron en aquel entonces que, como parte del enfoque comunitario, se iba a incrementar el número de policías, también a vigilar a los agentes a través de sistema de localización "GPS", y a impulsar la participación de la población.

Dos años atrás, en 2011, se había planteado la división del territorio nacional en ocho regiones, en cada una de las cuales se iba a nombrar a u oficial de Las Fuerzas Armadas y a un comisionado de la Policía, con la misión de ejecutar estrategias de seguridad.

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Los estudiosos del fenómeno de la inseguridad, han señalado que es importante ir al fondo de la propuesta del gobierno de la presidente Castro, porque todavía se desconoce con exactitud cómo sería la dinámica de la relación íntima entre la policía y la comunidad.

Hay que analizar cómo se producirá el acercamiento entre los agentes del orden y los pobladores, en el marco de una coordinación entre los operadores de justicia.

Quienes se dedican a interpretar las causas y consecuencias de la violencia criminal, piensan que ninguna estrategia será eficaz si antes no son recuperadas las zonas que están bajo el acecho de los delincuentes y en tanto no sean cortadas las raíces del problema.

De acuerdo con los registros de la Policía Nacional, hasta el 5 de julio, se habían cometido en el país 1,847 homicidios: 365 en enero; 253 en febrero; 306 en marzo; 298 y 296 en abril y mayo, respectivamente; 255 en junio y 74 en julio.

El informe de la Secretaría de Seguridad también refleja que julio es el mes con el promedio más alto de hechos violentos ejecutados diariamente: 15 cada 24 horas.

En junio, la media fue de nueve eventos, mientras en mayo, abril y mayo, fueron perpetrados 10 homicidios diarios. En febrero se cuantificaron nueve muertes y en enero fueron 12 cada 24 horas.

Las autoridades sostienen que el número de homicidios ha disminuido en 13 por ciento respecto a 2021, una percepción que es refutada por la mayoría de sectores que observa un desbordamiento de la criminalidad en el país.

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