La directora del programa Tu Sexto Sentido, Isis Romero, se refirió a la virginidad femenina al explicar que el himen en la mujer es sumamente variado

La sexóloga expuso que no todas las mujeres nacen con el himen; otras tienen un himen tan frágil que se puede romper con un movimiento brusco  y algunas tienen un himen tan resistente que se rompen hasta el momento del parto, detalló la experta.

"Tampoco es cierto que la mujer en su primer relación sexual tiene que romper el himen o sangrar abundantemente, si el acto no es doloroso, no tendría porque sangrar, además la posición sexual es determinante y la delicadeza del encuentro sexual. Si el hombre hace bien su trabajo no tendría porque sangrar la mujer", explicó.

En ese sentido, la doctora le recomienda a las personas ser muy cuidadosas a la hora de su primer actor de amor, con una penetración gradual.

De su lado, la médico general experta en cuidado avanzado de heridas, Master en actividad física y salud, Ligia Palma, dijo que " la estigmatización continúa, porque la sociedad solo califica pura a una mujer que tenga el himen exacto, hay muchas que tiene  prácticas orales,  anales y penetración, no teniendo un acto sexual vaginal que rompa su himen, esa persona sigue siendo virgen definitivamente que NO. mentalmente en sus prácticas no lo es".

¿Qué es el himen?

El himen es una membrana de tejido que se desarrolla en la apertura vaginal durante la gestación: la cubre por completo, pero a medida que la mujer crece se va retrayendo. Para algunas mujeres no crece en absoluto, mientras que para otras debe ser perforado durante la adolescencia para que no trastorne la menstruación. No hay un estándar por lo tanto, advierte el estudio, que puedan alegar los médicos o las matronas como para determinar la virginidad en base a su observación.

Centrándose en los estudios sobre penetración e himen, las investigadoras determinaron la pauta de que las señales que se alegan habitualmente como  "demostración" - laceraciones, cicatrices o ensanchamientos - aparecen tanto en las mujeres vírgenes como las que no lo son.

No se trata de un descubrimiento reciente: el consenso médico es que esta membrana, sin utilidad para la mujer, desaparece con la actividad física o con manipulaciones de los genitales.

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