Sostenida y no eventual debe ser la intervención epidemiológica en todo el país, ante el recrudecimiento de la pandemia que se traduce en el crecimiento desordenado en el diagnóstico y en el número de muertes por covid.

La ocupación de los centros de triaje y de estabilización ha llegado a su tope e igual ocurre con los hospitales, tanto del sector público como los privados.

De acuerdo con la información proporcionada por autoridades de los establecimientos asistenciales en el Distrito Central, Francisco Morazán, el Instituto Cardiopulmonar se encuentra en más de 100 por ciento de su capacidad, mientras su sala de alto flujo reporta no menos de 125 por ciento. El Hospital Escuela tiene copado alrededor del 180 por ciento de su techo.

No hay diferencia respecto a lo que ocurre en el resto de los departamentos del país, donde el cierre de triajes ha continuado y las unidades de este tipo que aún están en funcionamiento han tenido que improvisar espacios para enfermos en estado delicado que no encuentran cupo en los hospitales.

Personal del área de la salud realizándole una prueba para detectar el covid-19 a un paciente. Foto: EFE.

En la semana epidemiológica recién pasada, se registró un aumento de 50 por ciento en la cantidad de expedientes positivos. En los últimos dos días se han contado 32 personas diagnosticadas cada hora y 60 fallecidos diariamente.

Para la próxima semana se espera una avalancha de contagiados por el patógeno que provoca SarsCov2, como producto del desenfreno observado en Semana Santa y de la presencia de nuevas cepas, según lo asegurado por los médicos que atienden la pandemia.

Los pacientes se están muriendo a razón de uno cada 20 ó 30 minutos porque no llegan a tiempo, pero -especialmente- porque no hay acceso a la salud.

Preocupa a los especialistas que están al frente de la atención de la plaga que la población más afectada es menor a 40 años, en razón de cinco por cada diez pacientes.

Quienes tienen experiencia en el manejo de las contingencias epidemiológicas han reiterado que es urgente que se dé una intervención integral sostenida a nivel nacional, porque todo se salió de control y Honduras está en el umbral de una debacle sanitaria.

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