Como mínimo, un espacio de oficina puede ayudar a las víctimas a permanecer fuera del hogar durante el día y proporcionar un medio para la seguridad financiera y la libertad de abandonar un hogar abusivo.

A lo sumo, el trabajo puede convertirse en un espacio para encontrar aliados y brindar a los empleados que experimentan FDV aquellos recursos que respalden sus necesidades.

He aquí algunos pasos que usted puede dar para hacer la diferencia:

Comprensa algunas de las formas en que el trauma de FDV puede presentarse en el lugar de trabajo

Si usted es un gerente sin experiencia en FDV, reconocer y responder a las señales de violencia doméstica y familiar puede ser un desafío. Recuerde que la violencia no siempre es física. Con la misma frecuencia, es emocional o psicológica.

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Si su instinto le dice que el comportamiento de alguien parece estar fuera de lugar, depende de usted, como líder, dejar de lado sus suposiciones y tratar genuinamente de entender por qué su empleado podría tener dificultades. Como regla general, acérquese a las personas con empatía y curiosidad.

Por ejemplo, supongamos que nota que alguien se está retrasando repentinamente en sus proyectos. En lugar de atribuir inmediatamente su bajo rendimiento a la incompetencia o la pereza, observe cómo pueden estar cambiando sus comportamientos o estados de ánimo.

Comprenda que no todos los comportamientos enumerados anteriormente pueden indicar la presencia de violencia, podría haber otras razones, pero educarse a sí mismo es un buen punto de partida.

Infórmese sobre sus obligaciones legales

Según el lugar donde viva y trabaje, los países pueden tener leyes que protejan a los empleados de los efectos de FDV en el lugar de trabajo. Aprender sobre los derechos legales de una víctima de FDV lo hará más consciente e informado sobre el apoyo que puede ofrecer a los miembros de su equipo en caso de que confíen en usted.

Una vez que comprenda las leyes generales de su propio país, estado o ciudad, hable con su departamento de recursos humanos para informarse sobre las políticas de su organización en particular.

Dedique tiempo a comprender las herramientas disponibles para usted como gerente. Infórmese sobre los beneficios de salud, las capacitaciones sobre acoso y los cursos que ofrece su empresa.

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Incluso si su organización carece de remedios sistémicos para ayudar a un colega, si usted se informa sobre los recursos que se ofrecen fuera del trabajo, al menos puede orientar al miembro de su equipo en la dirección correcta.

Abogue para que su empleador sea ás consciente y sensible

Como líder, usted tiene el poder de crear un entorno de trabajo que apoye el bienestar de todos los empleados, especialmente aquellos que podrían estar experimentando violencia en el hogar.

Lleve sus ideas a dirección o a recursos humanos. Las ideas podrían incluir talleres de intervención sobre cómo reconocer los signos de FDV, apoyar los programas de concientización que eduquen a todos sobre cómo buscar ayuda si se encuentran en una situación similar, y talleres de sensibilización para gerentes y líderes sobre cómo tratar con empleados que experimentan FDV.

Finalmente, puede presionar a su gerencia para que presente políticas claras o sistemas prudentes de apoyo para empleados sobre cómo la organización puede ayudar a las víctimas y sobrevivientes en caso de que decidan revelarlo.

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