La medida ha generado descontento entre los transportistas que afirman que sus operaciones se ven paralizadas. La reciente implementación de esta visa se atribuye a preocupaciones de seguridad debido al ingreso de sicarios y pandilleros hondureños a Costa Rica.

Edgardo Menéndez, dirigente del transporte, expresó su indignación ante esta medida, alegando que los delincuentes no ingresan por las fronteras legales, sino por puntos ciegos e instó a sus compañeros a permitir que el gobierno negocie para resolver la situación.

"Los delincuentes no entran por las frontera, por allí entra gente honesta, ellos pasan por los puntos ciegos y es más, el gobierno tiene chance de negociar, yo les digo a mis compañeros que hay que darle tiempo al gobierno para que hagan sus negociaciones"

Uno de los puntos de conflicto es la diferencia de trato, ya que, según Menéndez, los transportistas de El Salvador y Nicaragua pueden ingresar al territorio hondureño sin restricciones. Además, la tarifa de 34 dólares (alrededor de 838.75 lempiras) que Costa Rica exige para otorgar la visa es demasiada para ellos.

El comisionado del Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT), Rafael Barahona, insta a los transportistas a considerar la situación y aclaró que la visa no fue impuesta por el gobierno hondureño, sino por Costa Rica.

"Nada van a ganar tomándose una carretera en Honduras, no van a obligar al presidente de Costa Rica a que quite esos requisitos. Nosotros estamos apelando sobre el tema, Cancillería está viendo como resolver en los próximos días"

El IHTT pide calma a los transportistas y señala que el asunto está siendo tratado a nivel gubernamental, aunque no está bajo su control directo.

La controversia de las visas recíprocas surge a raíz de informes de que un grupo de sicarios hondureños ha estado promoviendo la violencia en Costa Rica. En respuesta, Honduras ha aplicado medidas recíprocas, y al menos 10 costarricenses recientemente han sido rechazados al intentar ingresar a Honduras por falta de visa.

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