Las proyecciones no han cambiado. Siguen siendo pesimistas en la medida en que la población no obedezca las disposiciones de confinamiento.

El estudio de un grupo de investigadores de la Universidad Nacional revela que Honduras está a las puertas de que la epidemia llegue a su máximo punto de contagio con el riesgo de elevar desproporcionadamente la tasa de mortalidad.

Los informes de los especialistas de la institución de enseñanza superior también adelantan que para el 15 de junio el número de personas infectadas con el nuevo virus llegaría a dos millones 800 mil personas.

Para esa fecha la tercera parte de la población estaría afectada por el Covid 19. La peste se habría disparado de casi cuatro centenares de diagnósticos positivos a una cifra que rondaría los tres millones.

La expansión de la moderna plaga es exponencial. Las estimaciones inmediatas señalan que al 30 de abril, dentro de dos semanas, los casos sumarían 16, 558 a nivel nacional.

Si estos pronósticos se cumplen, al cierre del mes en curso la peste se habrá incrementado en 5,300 por ciento, porque pasaría de un poco más de 300 casos confirmados a inicios de abril, a casi 17,000 al cierre de este período.

La proyección supera con creces el llamado punto irreversible sobre el cual han alertado los médicos, denominado así porque es el momento cuando ya no será posible ejercer control sobre la pandemia, su propagación y su grado de letalidad.

Tampoco se espera que la situación cambie en el inmediato plazo. Los estudios coinciden en que la pandemia podría terminar en septiembre si no es que después.

De momento, la tasa de mortalidad se mantiene en seis por ciento y los pacientes que han logrado superar la crisis representan apenas entre 1.5 y 1.8 por ciento del total de contagiados.

Los próximos 14 ó 21 días son peligrosos, ya que en este período el virus reportará una alta incidencia y poder de diseminación. Lo más probable es que continúe la tendencia que marca al grupo de la población joven como el más afectado.

Los entendidos en temas de infectología, han urgido la intensificación de las medidas de aislamiento social, al menos por cuatro semanas más que podrían prolongarse a ocho, según sea el comportamiento de la pandemia en Honduras.

El distanciamiento social tendría que ser más riguroso para los segmentos de riesgo: Los mayores a 60 años, los que sufren enfermedades crónicas y las embarazadas, además de masificar la toma de pruebas de diagnóstico para identificar a los pacientes, incluidos los que son asintomáticos.