Norma Rodríguez, mamá de la enfermera hondureña Keyla Martínez asesinada bajo custodia policial, increpó a través de una carta pública al médico Edgar José Velásquez Orellana, quien acompañó a su hija la noche de la detención en La Esperanza, Intibucá , al occidente de Honduras.

Carta

"No puedo darle los buenos días porque no creo que usted pueda tener buenos días (su conciencia no se lo permite) tampoco me puedo dirigir a usted como doctor, y no porque sea mal educada, sino porque usted ha perdido el honor y ese título que revise de honorabilidad a quien lo ostenta.

 Le escribo públicamente para que me dé la explicación que me ha estado debiendo acerca de las circunstancias en que fue asesinada mi hija Keyla Martínez, pero también le escribo que sea creíble, no me mienta, como lo vino hacer hace tres semanas a mi casa cuando intentó regalarme el cuento de que mi hija se suicidó. Que usted fue testigo. Que usted la oyó decir que se quitaría la vida. Qué usted miró cuando la sacaron de la celda aún con vida, para llevarla al hospital. Que usted ofreció en darle los primeros auxilios. Pero todas esas mentiras que usted repitió en noticieros han sido desmentidas una a una.

El Ministerio Público nos entregó los resultados de la autopsia que certifica que fue un homicidio por asfixia mecánica, que murió porque le taparon la nariz y la boca, y que además la estrangularon. Lo que implica que más de una persona la asesinó.

Ahora le pregunto; ¿Porque no ha vuelto a dar la cara?, ¿se avergüenza acaso de sus mentiras?, ¿Qué fue lo que realmente sucedió en esa celda?, ¿a quiénes protege con sus mentiras?, ¿Quiénes la asesinaron? ¿O es que usted está implicado? Le exijo que me diga la verdad.

Carta

Antecedente del caso

La aspirante a licenciada en Enfermería Keyla Patricia Martínez fue detenida la noche del sábado del 6 de febrero por escándalo público y por incumplir un toque de queda en la pandemia.

Luego fue llevada a una celda policial en La Esperanza, Intibucá, en donde poco después fue trasladada a un centro asistencial de la zona por supuestamente haberse intentado suicidar, extremo descartado por el Ministerio Público.

El pasado 9 de febrero, el Ministerio Público reveló que Martínez no se suicidó, sino que le quitaron la vida con asfixia mecánica lo que demuestra que fue un homicidio al interior de una celda policial en La Esperanza, Intibucá, en el occidente de Honduras.

La autopsia de la muerte de la joven precisó que fue por asfixia mecánica lo que demuestra que se trató de un homicidio, sin embargo, falta aún que agregar algunos resultados anexos, según lo indicado por el MP.

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