Desesperados llamados han hecho los médicos y los líderes religiosos a la población que ha salido con desenfreno a los mercados, a las tiendas por departamento y a los supermercados.

Literalmente la población le ha perdido el miedo al nuevo virus y se ha olvidado de las medidas de bioseguridad: Uso de mascarilla, distanciamiento y desinfección de manos, una actitud "totalmente suicida".

Los primeros meses de 2021 serán críticos e incluso podrían ser catastróficos si la pandemia se desborda, los casos se propagan y las muertes se salen de control.

El portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Ángel López, escribió en sus redes sociales: "Parece ser que no hemos aprendido las lecciones que este año nos está dejando. El tema no es llegar al final del año, sino llegar cambiados, con actitudes diferentes. Aglomerados en lugares de consumo o en concentraciones donde se perdió la ética... ¡es lección no aprendida!".

A esta reflexión se ha unido el sacerdote Roberto Paiz, quien ha confesado: "Al salir me duele, ver la indiferencia del pueblo. No usa mascarilla. ¿Qué está pasando? Han dejado de creer y se está viviendo de una forma irresponsable. ¡Pobre pueblo sin educación, sin conciencia, sin temor a nada!".

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Los médicos que se baten en las primeras posiciones de la batalla contra el nuevo virus han condenado la irresponsabilidad de la población. La especialista del Hospital El Tórax, Suyapa Sosa, se ha preguntado por qué la gente se aglomera sin que nada le importe.

Los facultativos han adelantado que ésta será una triste navidad y advertido que a los médicos les espera un duro trabajo en las semanas que vienen en los hospitales y unidades de cuidados intensivos.

Funcionarios de la Dirección de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud, han revelado -de su parte- que la gente ya no permanece en sus casas y, si están en sus hogares, se niegan que se les realicen las pruebas de detección PCR.

La referida cartera ministerial anunció que serán enviadas brigadas especiales a los centros comerciales, mercados, y puntos de mayor aglomeración para realizar las pruebas de antígenos, con el fin de diagnosticar casos del nuevo virus.

Los decesos van en alza. Solamente el fin de semana se registraron siete muertes en el Hospital Leonardo Martínez de San Pedro Sula y otro tanto de pacientes perdieron la lucha en el Hospital Escuela de la capital.

Por encima del 85 por ciento se extiende la positividad de pruebas de detección de covid en la unidad de triaje del Centro Cívico Gubernamental, donde son atendidas entre 350 y 360 personas al día. La gente ha salido "a buscar el covid en la calle", se quejan los médicos.

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Los expertos en virología tienen un criterio uniforme en cuanto que la pandemia no ha sido manejada de manera oportuna. Los hospitales móviles todavía no entran en funcionamiento en su totalidad y el gran talón de Aquiles: La realización de pruebas, nunca pudo ser superado.

En este aspecto particular, sobresale que menos del uno por ciento de la población ha sido tamizada; es decir, sometida a la toma de pruebas de medición de la carga viral para conocer cuál es el comportamiento de la pandemia en el país.

El covid va en aumento, los centros de triaje y de estabilización, lo mismo que los hospitales y las unidades de cuidados intensivos están, de nuevo, camino al colapso. Lo peor podría estar por llegar si todo continúa como hasta ahora.