El número de muertos por covid en Honduras va en alza de manera sostenida y no se avizora que ese comportamiento sea revertido, menos con la equivocada ruta que siguen las autoridades en el intento de contrarrestar la pandemia.
El número de decesos se ha duplicado en la última semana, en lo que es calificado por los especialistas como el resultado de la circulación en el país de nuevas cepas, con más capacidad de transmisión y más letales.
En su informe del domingo 9 de mayo, el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) reportó el fallecimiento confirmado de 48 personas y el deceso de 26 pacientes por sospecha.
En la jornada del lunes 10, el Laboratorio de Virología certificó el fallecimiento de 36 infectados e informó que 33 casos más estaban pendientes de los resultados.
El martes 11 las cifras procesadas fueron más escalofriantes. Se dio cuenta de 88 personas que perdieron la vida por el nuevo virus y 30 expedientes que se encontraban todavía bajo estudio.
Los informes del miércoles 12 de mayo, hace dos días, destacaron la muerte de 64 infectados por covid y se encontraba bajo investigación el fallecimiento de otros 27 pacientes.
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En lo que va de este año, cerca de 3,000 contagiados han muerto por covid-19. Y desde que fueron identificados los primeros casos, la pandemia le ha arrebatado la existencia a casi 6,000 personas.
El 28 por ciento de los fallecidos corresponden a Cortés, el 25 por ciento a Francisco Morazán; luego aparecen Atlántida y Comayagua, cada uno de los cuales concentran entre el seis y el cinco por ciento de las muertes por covid.
Copán, Yoro, Santa Bárbara y Olancho suman, individualmente, el cuatro por ciento de los fallecimientos atribuidos al nuevo virus, según los datos procesados por SINAGER.
A nivel nacional están hospitalizados un número por encima de los mil pacientes, de los cuales el 42 por ciento se encuentran graves y más de medio centenar en unidades de cuidados intensivos.
Honduras es el país donde se disemina más rápido el virus y es la nación con menos disponibilidad de inoculantes en toda la región centroamericana.
Los especialistas que condenan el cierre de centros de triaje, la falta de personal de salud e insumos en los hospitales y la demora en la compra, recepción y aplicación de las vacuna, han proyectado que a Honduras solo le espera contar más muertos.
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