Si bien es cierto el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), puso fin al confinamiento total los fines de semana, los empresarios y los industriales han señalado que no es suficiente para el propósito de reactivar la economía en Honduras.
Estos sectores piensan que a cinco meses de la presencia de la pandemia, llegó la hora de caminar rápidamente hacia una mayor flexibilización que implica la salida de dos dígitos diarios de lunes a domingo y la transición hacia la siguiente fase económica.
Las grandes empresas, los pequeños y medianos emprendedores, lo mismo que las autoridades edilicias de al menos 30 municipios que se encuentran en la etapa cero de la reapertura de la economía, han solicitado que se dé el visto bueno para que estas ciudades no sigan enclaustradas.
El propósito de una mayor apertura es ofrecer un respiro a las empresas y a los negocios para que éstos recuperen poco a poco su ritmo productivo, darle sostenimiento a los empleos que ya existen y evitar que otros sean cerrados.
Las cámaras de comercio e industrias de las ciudades de mayor relevancia del país consideran que el regreso a los sábados y domingos es un avance importante; sin embargo, sostienen que es necesario poner en marcha medidas complementarias.
Una de las prioridades debe ser apoyar a la pequeña y mediana empresa, expusieron dirigentes del sector, a la vez que demandaron que se pongan en operación otros rubros que siguen en confinamiento.
Para la próxima semana se espera la reapertura de los hoteles y restaurantes situados en los puntos de mayor atracción turística del país, en tanto que el sector transporte continúa su reactivación progresiva.
La Mesa Multisectorial realizará una nueva reunión la semana entrante para evaluar el comportamiento de la pandemia y considerar si cabe o no la adopción de nuevas disposiciones. Miembros de esa instancia dijeron que lo primordial es el respeto a los criterios de una apertura gradual, ordenada y responsable.
La petición de los distintos sectores del país está orientada a establecer un justo balance entre la protección de la salud pública y el rescate de la economía de su estado agónico.
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