Las opiniones están divididas sobre esa espinosa materia. Unos piensan que está salido de toda realidad afirmar que el país puede hundirse en la violencia generada por las bandas criminales.

Las autoridades de Seguridad y Defensa se apoyan en las estadísticas que muestran una reducción de homicidios, la extorsión y las muertes violentas de las mujeres.

Los informes de la Policía Nacional recogen que, entre enero y el 13 de marzo de 2024, se cometieron 483 homicidios, una baja de 20.95 por ciento por ciento, correspondiente con 128 eventos menos en comparación el mismo período de 2023,

Se estima que en Honduras ocho de cada diez homicidios son causados por integrantes de asociaciones ilícitas; es decir, de maras y pandillas que han emergido como brazos operativos del narcotráfico, según consta en estudios sectoriales de organismos como InsightCrime.

Sobre la base de este dato que es utilizado como referencia por especialistas en el fenómeno de la inseguridad, no son pocos los que predicen que el país podría llegar a un estado de anarquía semejante al que se vive en Haití si no son ejecutadas estrategias más contundentes para detener a violencia criminal.

El panorama que pintan los entendidos de la región es alarmante. Y es que los reportes internacionales subrayan que al menos cinco grupos dedicados al tráfico de drogas controlan el crimen organizado en toda América Latina y ponen en riesgo toda la región.

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Centroamérica, Honduras en particular, enfrenta el asedio de las maras y pandillas que se han levantado como una extensión ejecutora de las agrupaciones del crimen transnacional.

La violencia de los narcos es la causa de la mitad de los homicidios en toda América Latina, concluyen los documentos elaborados a propósito de cómo se ha ido contaminando el territorio por los movimientos de los hampones.

En América del Sur, Ecuador se transformó en un país con una seguridad deteriorada por el dominio ejercido por las bandas Los Choneros y Los Lobos. En 2018, tenía una tasa de seis homicidios y pasó a 46 muertes violentas por cada cien mil habitantes en 2023, un alza de 800 por ciento.

Las investigaciones resaltan que Los Choneros pasaron de controlar rutas de tráfico de drogas para carteles colombianos a ejercer actividades ilícitas como el microtráfico, sicariato y extorsión en las calles, mientras Los Lobos han diversificado sus quehaceres desde el narcotráfico a la trata de personas, la minería ilegal y la comercialización de vacunas adulteradas.

En Venezuela, el incremento de la criminalidad es atribuido a los movimientos de la agrupación Tren de Aragua, es el símbolo del terror en Sudamérica con un portafolio que incluye la extorsión, el sicariato, el secuestro y el microtráfico.

Y en México, el Cártel de Sinaloa sigue siendo clave para el tráfico de fentanilo. En Conjunto con el Cartel Jalisco Nueva Generación, se ha fortalecido como uno de los actores más importantes y muy ligado con el aumento de muertes por sobredosis en Estados Unidos, destacan los reportes internacionales.

¿Es suficiente el endurecimiento de las acciones por parte de los operadores de justicia y de los cuerpos de seguridad para detener a los forajidos organizados en el caso de Honduras?.

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