Según el historial del caso, la menor sufrió cruelmente antes de ser asesinada y carbonizada a manos de su propio primo, de 22 años, hecho suscitado en marzo de 2020 y que ha salido de nuevo a la luz porque la familia exige justicia y se le imponga la pena máxima.

El señalado es Sergio Ramón Oliveira, quien intentó abusar sexualmente de la menor en su vivienda, sin embargo, se constató que la menor se defendió hasta la muerte del ataque sexual. Sufrió quemaduras en la zona genital y demás áreas del cuerpo.

Acusación

Es acusado por los delitos de abuso sexual seguido de muerte y homicidio doblemente agravado por alevosía y criminis causa, por lo que está preso a la espera del inicio de juicio en su contra.

Sergio Ramón Oliveira, espera juicio por el crimen.

Así se ejecutó el crimen

Sergio Ramón llamó por celular a su tía y madre de Guadalupe -víctima- Severiana, para que le prestara a la menor para ir a buscar a su otra hermana, a lo que accedió.

La mujer no tuvo reparó en prestársela, pues lo había criado (sobrino, acusado). La niña dijo que sí quería irse con él, pues eran primos. Desde eso momento, Severiana no volvió a saber nada de su hija. Comenzó a mandarle mensajes a su sobrino y no tuvo respuesta.

Enseguida, la mujer interpuso la denuncia ante la Comisaría por la desaparición de la menor, luego su sobrino apareció y lucía nervioso y dijo "me mandé una cagada, por la nena no pude hacer nada".

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La Policía acudió a la casa del sujeto ubicada a 20 cuadras de distancia sonde vivía su tía con la menor víctima. Los agentes descubrieron una escena espeluznante.

"Guadalupe estaba muerta, sentada contra la pared y sobre unas brasas. Su cuerpo presentaba golpes en el cráneo y golpes en la cara", detalló el medio TN Policiales.

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Fue quemada viva

La principal hipótesis de las autoridades es que la menor trató de defenderse de la agresión y Oliveira quiso ocultar toda evidencia que lo implicara.

El sujeto tomó brasas caliente y cuando hubo suficiente fuego colocó a la víctima aún inconsciente por los golpe, la puso sobre las llamas. Luego Oliveira cerró las ventanas y la puerta y se fue de la casa, para hacer creer que fue un accidente

"Nunca me esperé esto de mi sobrino. Criamos un monstruo", declaró la madre de Guadalupe, ahora pide todo el peso de la ley.

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