Honduras ha retrocedido notablemente en las expectativas para atraer inversión extranjera, de tal manera que las proyecciones más optimistas señalan que -al término de 2022- el país alcanzaría una recepción de 700 millones de dólares.

Esta cantidad es menos del 50 por ciento del monto promedio de 1,500 millones de dólares que el país debería de captar anualmente en apoyo a la economía y a la generación de puestos de trabajo.

Representantes del Fosdeh y de la empresa privada sostienen que las acciones de la pasada administración y de la actual gestión gubernamental han profundizado la inseguridad jurídica, en lugar de adoptar una política económica articulada.

Este criterio es concordante con el diagnóstico del Departamento de Estado que concluye que la corrupción, la impunidad y un Estado de derecho débil o inexistente, son las causas por las que Honduras no puede atraer capital extranjero.

Y, consecuentemente, la incapacidad para abrir oportunidades de empleo trae mayores niveles de pobreza que en Honduras ronda el 75 por ciento.

Industriales y empresarios nacionales han recriminado que las autoridades todavía no hayan definido qué medidas van a adoptar para encaminar al país por la ruta correcta de la inversión, a fin de vitalizar el sistema productivo y derramar beneficios sobre los grupos de la población menos favorecidos.

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En circunstancias de crisis, el Gobierno debería de dirigir su estrategia a promover la inversión, preferentemente en los rubros de de construcción, infraestructura, Pymes y seguridad alimentaria, han recomendado conocedores de las finanzas.

Un estudio económico de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras enfatiza que la inversión privada, tanto nacional como extranjera, ha venido en picada desde 2018.

En el caso específico de la Inversión Extranjera Directa, esta variable se ha mantenido en la línea de los 400 millones de dólares en los últimos dos o tres años, muy inferior al monto entre 900 y 1,400 millones de dólares reportado en el período 2014-2018. Se prevé que, al cierre de 2022, el flujo de capital foráneo ronde 700 millones de dólares.

Hasta mayo de este año, Guatemala había captado más de 600 millones de dólares. Al primer trimestre, Costa Rica, había recibido alrededor de 850 millones de dólares; Panamá, ingresó 700 millones de dólares; Nicaragua, reportó 480 millones de dólares; y Honduras, apenas 330 millones de dólares.

La seguridad jurídica y el robustecimiento del Estado de Derecho son las condiciones para promover la inversión, impulsar el crecimiento económico y disminuir la pobreza.