Como una crónica de una muerte anunciada, son los asesinatos que se han registrado tras la “narco-libreta” de Nery Orlando López Sanabria o Magdaleno Meza.
En cárceles sanguinarias se han convertido los centros de máxima seguridad en Honduras, este fin de semana, cinco privados de libertad fueron acribillados en el interior de “La Tolva”.
Henry Osorto Canales, ex jefe de inteligencia de los centros penales, meses atrás predijo el orden de las muertes que se derivarían, luego de las declaraciones vertidas en una corte de Nueva Yorck, en el juicio del hermano del presidente, Juan Antonio Hernández, tal y como han sucedido.
Atribuye los hechos, a un amotinamiento no aislado de la muerte de Magdaleno Meza, que a su juicio fue una muerte planeada, procedidas de una “Narco Libreta” que es donde anotaba a todas las personas vinculadas a los delitos de narcotráfico.
Declaró que a Meza, lo mató el mismo cartel a que pertenecía, por temor a que fuera extraditado y posteriormente declarado en su contra.
Señaló que quien sacó de la celda a Meza, diciéndole que tendría visitas fue Pedro Armas, por órdenes de sus superiores, y detalló que inocentemente llevó a Meza hasta el área donde fue liquidado.
A consecuencia de los hechos, Armas pidió vacaciones, mismas que fueron negadas con un solo propósito, “tenerlo vigilado”.
Osorto dice que tras la muerte de Meza, Armas y otras muertes en las cárceles se realizan por órdenes de las altas esferas, y la que sigue es la muerte de subdirector del Instituto Nacional Penitenciario, German McNeil.
De su lado McNeil, indicó que desde que aceptó el cargo sabe los riesgos que se toman, sin embargo ha tomado las medidas necesarias y desmintió las declaraciones de Osorto al acusarlo de haber seguido instrucciones.
Es de mencionar, después de la muerte de Meza, se han desprendido un total de 13 muertes violentas, seis en El Pozo en Ilama , Santa Bárbara, cuatro en La Tolva y tres en la Penitenciaría de Támara.
