• Quienes se desempeñan en los sectores de educación, servicios de manufactura industrial y agricultura y ganadería, resultan ser los grupos que han podido conservar sus plazas en un mayor grado.
  • Los empleos en los rubros de turismo y comercio son los que han estado en más precariedad.

Los efectos de la pandemia sobre la economía de los hogares hondureños son de escala mayor, principalmente porque se trata de un país donde la mayoría de la población vive en la pobreza.

Un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma, refleja que el 30 por ciento de las familias cuenta con el ingreso de uno de sus miembros, el resto de sus integrantes están suspendidos o cancelados.

Quienes se desempeñan en los sectores de educación, servicios de manufactura industrial y agricultura y ganadería, resultan ser los grupos que han podido conservar sus plazas en un mayor grado.

En cambio, los empleos en los rubros de turismo y comercio son los que han estado en más precariedad. En estas actividades, es más alto el porcentaje de empleos que han sido suspendidos o cancelados.

Los hogares que reportaron tener un trabajo en la industria sin chimeneas han sido los de perjuicios mayores, ya que en este renglón económico el 40 por ciento de los trabajos se perdieron o quedaron en el aire.

En los otros sectores productivos la suspensión de empleos ha llegado al 30 por ciento en las primeras semanas desde que la emergencia fue declarada a nivel nacional como medida para contener la expansión del covid-19.

El análisis de la máxima casa de estudios arroja que el 67 por ciento de las familias que tienen un miembro que desarrolla labores dentro del turismo, reportaron una disminución ostensible de sus entradas.

En el segundo escalón se encuentran el 64 por ciento de los  hogares con miembros dedicados a los quehaceres en la agricultura y el comercio que también observaron una baja en sus fuentes de sustento.

En la mayoría de los rubros económicos, tres de cada cuatro empleados recibieron un pago total o parcial por su trabajo, al menos en las primeras semanas de la urgencia epidemiológica.

La mayoría de los hondureños perciben que la crisis de salud afectará negativamente y en proporciones incalculables la economía familiar y las finanzas nacionales. Los más pesimistas son aquéllos que se dedican a actividades de servicios, comercio, educación y turismo.

Esto se explica porque el covid-19 en Honduras ha generado una serie de cambios significativos, tanto en la dinámica de la economía, como en el aparato de salud. La pandemia también ha creado incertidumbre frente a una situación sin precedentes por la que pasa el país.