La alerta se ha encendido luego que las autoridades de la Secretaría de Salud confirmaron el primer caso de "hongo negro", asociado con la pandemia covid-19, en un paciente en San Pedro Sula, Cortés.

Los especialistas en infectología concuerdan en que, una vez detectado el primer expediente de dicha patología, el abordaje de la emergencia sanitaria debe ser revisado y ajustado a las nuevas circunstancias.

Se considera que la población de un millón de diabéticos que tiene Honduras, son los más vulnerables al llamado "hongo negro", definido como una infección poco común. Es un tipo de "moho" que provoca el enrojecimiento de los ojos y de la nariz; más tarde, los pacientes pueden tener secreción nasal con sangre o negra, fiebre y dificultad para respirar.

Médicos que han estado al frente de la atención de los infectados por el nuevo virus, han aclarado que el "hongo negro" existe desde hace varias décadas en el país, lo que lleva a concluir que no representa un riesgo generalizado ni grave para la población.

Es prioritario que en el mercado se establezcan límites para la venta y uso de esteroides. Está comprobado que el uso prolongado y excesivo este compuesto es uno de los factores que incrementa las probabilidades de una infección por "hongo negro".

De la misma manera, es impostergable que los diabéticos figuren entre los primeros en ser inmunizados contra el nuevo virus, puesto que son los más propensos a ser atacados por la infección del "hongo negro".

La principal complicación está en que Honduras sigue a la zaga en el volumen de vacunas recibidas y aplicadas, a pesar de que el Gobierno se ha dedicado a promover una campaña basada en que el país tiene contratados 14 millones de biológicos para inmunizar a siete millones de habitantes.

En la práctica, el proceso de vacunación es intermitente y se lleva a cabo a un ritmo tal que se estima que a Honduras le llevaría cuatro años para que alcance la inmunidad colectiva y para hacerle frente a los nuevos acechos de la pandemia.

Las proyecciones epidemiológicas señalan que junio será un mes cuando se reporte una modesta disminución de contagios y de víctimas mortales en las zonas urbanas, pero con una peligrosa y violenta incidencia en el interior del país.

Honduras se acerca a toda prisa a los siete mil muertos por el nuevo virus, en su mayoría en los términos de Cortés, Francisco Morazán, Comayagua, Atlántida, Yoro, Copán, El Paraíso, Olancho y Santa Bárbara.

El número de casos positivos casi llega a los 250,000  desde marzo de 2020, con una concentración alta en Francisco Morazán, Cortés, Yoro, El Paraíso, Atlántida y Comayagua.

Lea: ¿Cómo se transmite el hongo negro?