Los estudios de organismos especializados revelan que un millón y medio de personas en el país no tienen agua potable.

Los expertos aducen que las causas principales están asociadas con los daños irreversibles a los recursos naturales, la falta de planes de manejo, la quema del bosque sin control y la mala gestión de los proyectos de construcción.

Los escenarios de mayor destrucción se presentan en la capital y en San Pedro Sula, donde las reacciones de la población no se han hecho esperar. Se han pronunciado en contra del levantamiento de obras residenciales en regiones forestales y de abastecimiento de agua, ante las calamidades que está dejando el cambio climático.

Los recursos de agua, suelo y bosque están en proceso de acelerada extinción. Esta catastrófica realidad pone en vilo a más de nueve millones de hondureños. Todo pasa por la indiferencia con que ha sido observado el cambio climático y por la falta de consciencia frente a la destrucción del ambiente.