Crecen las demandas dirigidas a que las maltrechas cuentas de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), sean objeto de una auditoría.

Esa exigencia la han expresado miembros de la empresa privada, de la industria y de organismos que analizan el comportamiento de las empresas de servicio público en franco proceso de decadencia en todos sus renglones.

Las pérdidas técnicas y no técnicas son consideradas como el principal factor que incide en la debacle financiera de la estatal eléctrica. Las mismas no han podido ser reducidas. Se mantienen alrededor del 30 por ciento.

Las deudas contratadas con los generadores de potencia térmica y renovable también representan un lastre para la Empresa Nacional de Energía Eléctrica. Sólo entre julio y agosto, la institución acumuló cuentas pendientes por más de 2,700 millones de lempiras que comenzaron a ser pagados esta semana.

El balance de la situación financiera hace hincapié en que el déficit acumulado de la ENEE se incrementó en más de siete mil millones de lempiras entre diciembre de 2018 y agosto de 2019.

Este desfase pasó de 45,000 millones de lempiras a 52,000 millones, detalla un informe de la misma empresa subido a su portal de transparencia.

Sin embargo, los industriales de la zona norte han destacado que la institución tiene una deuda de 70,000 millones de lempiras, una suma impagable que obligaría al país a refinanciarla; esto es, condenar a los hondureños a cargar con ese compromiso por los próximos 30 ó 40 años.

La MACCIH, la Fiscalía y el Consejo Nacional Anticorrupción deben auditar los recursos de la ENEE. ¿Hacia dónde fueron desviados los fondos de la empresa y por qué se encuentra en tal situación de deterioro financiero?, arguyen los miembros del sector privado

Las cuentas por pagar a los proveedores tuvieron un alza continuada entre diciembre de 2018 y agosto de 2019. Este renglón sumaba 11,400 millones de lempiras a finales del año pasado, pero el mes anterior alcanzó la cifra de 14,400 millones.

La deuda interna y externa de largo plazo ha mostrado un crecimiento regular. Este monto ha pasado de 32,300 millones de lempiras a 33,600 millones, una diferencia de más de mil millones.

El pasivo de largo plazo de la empresa se ha elevado notablemente en los últimos ocho meses. Este valor se movió de 36,900 millones de lempiras a 37,800 millones.

Y los activos pasaron de 28,600 millones de lempiras a 30,600 millones de lempiras en el período comprendido entre diciembre de 2018 y agosto de 2019.