La elección de la Junta Directiva Provisional del Congreso Nacional fue accidentada. El domingo tomarán posesión los directivos en propiedad.

Como se sabe, un grupo de 20 legisladores de Libertad y Refundación (Libre), se desmarcaron de los acuerdos alcanzados con Salvador Honduras para que fuese nombrado como titular de la Cámara Legislativa el congresista Luis Redondo.

Con el respaldo de la bancada nacionalista, de los liberales y de los legisladores disidentes de Libre, Jorge Cálix, fue juramentado como presidente de la Junta Directiva.

La presidente electa Xiomara Castro ha condenado que se haya consumado lo que ella catalogó como “una traición al compromiso de refundar Honduras”.

Dirigentes de Libre y de Salvador de Honduras reaccionaron en rechazo a lo ocurrido en el Congreso Nacional. Acusaron que la Junta Directiva Provisional fue electa con los votos de la “dictadura nacionalista”.  

“La corrupción los juntó para la impunidad cuatro años más”, critició -de su lado- Gabriela Castellanos, directora del Consejo Nacional Anticorrupción.

Profesionales de las Ciencias Jurídicas y Sociales han pedido que no haya “ni olvido ni perdón” para quienes han propiciado el rompimiento del acuerdo entre los partidos Libre y Salvador Honduras.

¿Se ha generado una crisis política? ¿Hubo un asalto al Poder Legislativo? La elección de los directivos con carácter transitorio y en un ambiente caldeado, es considerado por muchos politólogos como un espectáculo que ya estaba muy bien planificado para fingir una voluntad de honrar los compromisos de la alianza y garantizar que Libertad y Refundación se quedara con el poder en el Congreso.

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Las misas negras, las negociaciones al margen de los intereses del país no son buenas para los propósitos de revertir los problemas nacionales. Son arreglos entre políticos que pueden terminar en un descontento generalizado del pueblo, señalaron los analistas.

Una rectificación es lo que procede para no poner en precario la gobernabilidad, convinieron politólogos que observan el proceso de selección de las nuevas autoridades de la Cámara Legislativa.

Los estudiosos de la actual coyuntura política y los representantes de la empresa privada, han llamado a los diputados a enviar un mensaje de conciliación y tolerancia.

Estos segmentos son del criterio que, si no hay voluntad para enmendar los abusos que se han cometido en el Poder Legislativo, se coloca en riesgo la correlación de fuerzas en la democracia.

El compromiso es provocar un cambio y hay que cumplirlo. En opinión de analistas locales, “lo que está en juego es la agenda de lucha contra la corrupción y la narcoactividad que será trastocada si hay acuerdos interpartidarios para meterle tijera a varios temas, con vistas a que todo siga igual”.

La crisis política profundiza los problemas económicos y sociales. Quienes asuman el 27 de enero el poder de Honduras, deben enviar un mensaje de que son capaces de entrar en diálogo, demandaron representantes de diversos sectores de opinión pública.

¿Se han privilegiado los intereses “mezquinos” y roto las posibilidades de honrar los acuerdos entre Libre y Salvador Honduras? Al margen de ello, lo capital es reconstruir la democracia, respetar la independencia de los Poderes del Estado y adecentar las actuaciones de la clase política.