Luego de perder a familiares a causa del coronavirus, el médico hondureño Amaury García llamado cariñosamente “Doctor WhatsApp”, atiende en línea gratuitamente a pacientes en medio de la pandemia.
"Tuve parientes cercanos que murieron por el virus, eso fue un golpe muy duro para mi familia, quizás por la falta de información, quizás el destino hubiera sido diferente, solo cuando uno pasa el dolor, es que entiende y es cuando vine el miedo. Es cuando se tiene que tomar la iniciativa de hacer algo diferente", comentó.
El médico García labora en primera línea contra el mortal virus en el Hospital Leonardo Martínez en San Pedro Sula.
Ante la situación difícil que atraviesa el país, el médico admirado por la población en general y sus colegas emprendió la lucha contra el covid-19, no, solo en su lugar de trabajo sino a través de WhatsApp con número (3252-4622) con el propósito de ayudar a la población.
El profesional de la Ciencias Médicas, relató que la consulta es totalmente gratuita y atiende en un horario de 8 de la mañana a dos de la tarde. Solo se le pide a la población compartir su número para que otros necesitados de atención médica reciban ayuda.
Declaró que “el virus llego para quedarse, y por lo tanto hay que ayudarle a la gente a vivir con el mismo, no pueden seguir muriendo las personas por falta de educación". En ese sentido, el clínico de 37 años de edad busca evitar la exposición de personas innecesariamente, y anima a otros médicos a realizar la misma acción.
"De esa manera, he podido ayudar a muchas personas, recibo más de 700 mensajes y llamadas a diario, y por suerte he podido responder a la mayoría. Lo que quiero es incentivar a más médicos a que se unan a la causa, no cuesta nada hacerlo”, declaró.
El galeno resaltó que también ha recibido llamadas de Guatemala, México, Perú y Nicaragua en busca de atención médica.
Para finalizar, García invitó a los médicos a dejar el protagonismo y unirse a la iniciativa para la atención de los pacientes.
Te podría interesar: Nacen trillizas completamente sanas en Santa Rosa de Copán en plena pandemia
