Nos ha costado mucho y hemos tenido que esperar demasiado tiempo para que ahora nos quieran salir con que el nuevo Documento Nacional de Identificación no es suficiente para ir a votar en las elecciones de noviembre.

Desde 2007, los hondureños debíamos tener un nuevo documento de identificación, confiable y seguro, capaz de resistir las malévolas suplantaciones de identidad y otras configuraciones fraudulentas, y resulta que no fue hasta ahora que la institucionalidad pudo por fin entregarnos el documento que sobre todo valida y legitima nuestra ciudadanía.

¿Cómo es que entonces andan y siguen algunos en la onda de que el DNI no es lo suficientemente garantista de seguridad electoral y ciudadana al momento de ir a depositar el voto?. ¿En que andan los que siguen empecinados en ir a elecciones con la aún vigente tarjeta de identidad, la que ahora llamamos la vieja identidad, además del nuevo documento de identificación cuyo costo sobrepasó los mil 700 millones de lempiras?.

¿No ha sido acaso una onerosa inversión para que hayan algunos que todavía anden en la onda de ir a las urnas con los dos documentos de nacionalidad?. Si este proyecto de identificación de los hondureños es además, un asunto de seguridad nacional, que va más allá de la mera renovación y emisión de un nuevo documento de identidad!. Es un proyecto que además fortalece el establecimiento del orden democrático, mitiga las suspicacias y sospechas de fraudes en los procesos electorales y legitima pues que la persona cuya fotografía y generales aparecen en el mismo, es en efecto el ciudadano que dice ser.

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De ahí la importancia y trascendencia que tiene para Honduras, para el mismo orden democrático, la construcción de nuevo sistema electoral, a partir de la emisión de un nuevo documento de identificación que tiene que redundar en la edificación de un confiable padrón electoral y de un seguro sistema de identificación de los hondureños. ¿No es eso lo que hemos estado aspirando pues?. ¿no ha sido ese el clamor del pueblo hondureño?: un documento de identificación confiable y seguro, infranqueable a la suplantación, a la manipulación electorera!.

La institucionalidad debe terminar de ser clara para que se disipe esa rumorología alimentada por ciertos sectores que a toda costa quieren seguir jugándonos sucio en los procesos electorales.

Esa rancia clase política que se ha beneficiado de la sistémica vulnerabilidad del documento de identificación. No podemos ir los hondureños a las elecciones de noviembre ni con la ahora vieja tarjeta de identidad, ni con ella y con la nueva!.

Es la depuración y renovación del sistema electoral en toda su integralidad la que nos va a garantizar un proceso lo más cercano a la trasparencia. ¡Insistimos que se trata de un asunto de seguridad nacional!.. Es la cruzada que junto al pueblo hondureño estamos librando desde nuestra responsabilidad como medio de comunicación ligado al corazón del pueblo y a las expresiones de libertad y necesidad de los hondureños!

Exigimos un confiable padrón electoral que por fin comience a fortalecerse con un nuevo y renovado documento de identificación nacional, para que ya no sigamos en las urnas siendo víctimas del malsano ventajismo que han tenido siempre los mañosos a costa de este sistema electoral vulnerado por la trampa.

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