Si por algo se ha distinguido nuestro servicio exterior, con las honrosas excepciones, es por la negligencia de sus funcionarios, impuestos -en su mayoría- por padrinazgo político; por el trato indigno que reciben los emigrantes y por la vergonzosa imagen que proyecta de nuestro país.

En la presente gestión tampoco se han tomado los correctivos del caso por parte de la Cancillería, donde –además- parece estar desatada una encarnizada lucha entre mandos intermedios.

¡Qué pena que nuestros funcionarios en el extranjero tengan tan poca consciencia de la obligación que entrañan sus cargos!

¡Qué lamentable que sean tan indolentes ante las necesidades de nuestros emigrantes que son quienes sostienen la economía de este país con el envío de 8,000 millones de dólares en remesas al año!

Por esa causa quedaron expuestos el cónsul de Honduras en Houston y sus subalternos, a quienes les ha llovido sobre mojado por haber respondido a una cadena de televisión internacional que no podían referirse al asesinato de cinco emigrantes nacionales en Texas y la atención a sus parientes, simplemente porque todo el personal estaba de día libre.

LEA: La ONU enviará a Honduras expertos para preparar instalación de la CICIH

¡Más desidiosos no podían ser estos burócratas del servicio exterior frente a una tragedia que ha enlutado a los familiares de los compatriotas que habían ido a Estados Unidos a buscar un mejor futuro, y que ha causado consternación en nuestro país.

No es un caso aislado. Los connacionales que han emigrado hacia el norte se quejan por el trato despreciativo que reciben en las distintas embajadas y consulados de Honduras, cuyos principales cargos también son señalados de estar metidos en múltiples actos “turbios”.

La reestructuración del servicio exterior ha sido un compromiso tomado en cada gestión gubernamental, pero es una promesa que no se ha cumplido o que se ha quedado en su etapa “embrionaria”, antes y ahora.

Con las exclusiones del caso, nuestro servicio exterior ha sido, y así lo es, una fuente de colocación de “apadrinados” por políticos, un premio de consolación para personajes controversiales y un refugio de los parientes y amigos de los que gobiernan.

No olvidamos los múltiples escándalos protagonizados en el pasado por los funcionarios asignados en el exterior, a quienes se ha mencionado por haber sido hallados en estado de ebriedad, y haber participado en reyertas, actos impúdicos o en situaciones fuera de las normas diplomáticas.

En los tiempos que corren, está vigente el compromiso de evaluar el desempeño de las representaciones diplomáticas de Honduras en el exterior, de manera que el nombramiento de sus integrantes responda a méritos y no al "nepotismo", "compadrazgo" o "favores políticos".

La aspiración es que la planta diplomática de Honduras responda a los objetivos del país de obtener un mayor protagonismo en la escena mundial y de formar parte, con justicia y derecho, de la época de la globalización integral en medio de la crisis. ¿Para cuándo, entonces, la intervención del servicio exterior de nuestro país?.

VEA: Honduras: niños de 6 años en adelante tendrán DNI, ¿a partir de cuándo?