Las cifras siguen siendo alarmantes como también lo es el relajamiento de la población y las autoridades. La positividad por covid ha repuntado preocupantemente en las últimas semanas mientras las nuevas autoridades de la Secretaría de Salud no parecen terminar de despertar del sueño de que serían gobierno.

El pueblo hondureño ha tenido que pagar con creces la opacidad, improvisación y lentitud, con la que la institucionalidad afrontó la epidemia del covid 19; un saldo fatal de más de diez mil compatriotas fallecidos. No sigamos entonces dando palos de ciego, gestionando la pandemia, que aún está lejos de terminar, sin tomar las providencias, acorde a la magnitud del grave problema sanitario que seguimos enfrentando y que todavía no superamos.

No es el momento de bajar la guardia, ni mucho menos, de relajarnos. No se trata tampoco de sólo responsabilizar a la gente y decir a los cuatro vientos que la culpa de las nuevas hospitalizaciones y diagnósticos masivos la tienen los ciudadanos que no se están cuidando.

Así no es que se gobierna. Necesitamos algo más que funcionarios dicharacheros y “roba cámaras” para encarar este virus mortalmente peligroso y agresivo. Nos quedamos a la cola en Centroamérica en la vacunación y en el tratamiento especializado de la enfermedad.

¿Acaso es que vamos a seguir igual?. Actuar bajo este manto relajado de opacidad y lenta gestión de la pandemia, no es aceptable ni congruente con la resiliencia del virus entre la población hondureña. Ya pagamos un caro y letal precio cuando se enfrentó la acometida del virus en las peores circunstancias para la población y el personal de salud que estuvo en la primera línea de batalla, mientras las enfermeras y médicos de Costa Rica y El Salvador, disponían de mascarillas especiales N 95 y KN 95, los aliados más confiables y seguros de los que no podían disponer nuestros héroes de blanco.

El virus que causa el covid-19, como ya hemos visto, ha ido cambiando con el tiempo. La nueva administración del país tuvo que ir previendo las medidas, y ya no “apagafuegos”, para proteger a la población contra las nuevas variantes y subvariantes. A esta altura, con la suficiente información y los antecedentes como hoja de ruta para hacer lo que no se hizo antes o lo que se hizo improvisadamente, debieron ya diseñar o socializar la nueva o actualizada estrategia para enfrentar las nuevas y todavía peligrosas variantes del virus.

Noticia relacionada: La positividad por covid en Honduras anda entre 70% y 80% dice exministra de Salud

Hace ya un tiempo atrás, las vacunas bivalentes contra la covid, que incluyen un componente de la cepa del virus original para brindar una amplia protección a la población, están ayudando a miles de personas a enfrentar las nuevas variantes y sub variantes. Las vacunas bivalentes contra el covid-19 se denominan dosis de refuerzo actualizada de la vacuna contra el virus. ¿Cuándo van a estar esas vacunas al servicio de la población hondureña?.

¿Hasta que “San Juan baje el dedo”? No podemos seguir pagando ese precio tan alto, que se vuelve oneroso y letal cuando nuestros funcionarios adoptan y siguen adoptando acciones nada más dirigidas a apagar fuegos, sin políticas públicas o estrategias estructurales que respondan a los llamados de auxilio que hace la población indefensa y necesitada.

Anuncian feriado para empleados públicos por fiestas de Navidad y Año Nuevo