Dentro de dos semanas la Secretaría de Finanzas debe remitir al Congreso Nacional el proyecto del Presupuesto General de la República que regirá en el período 2021.

Con oportunidad de la discusión que tendrá lugar en el Poder Legislativo sobre el plan de ingresos y gastos, un grupo de expertos y exfuncionarios de alto rango han reactivado un movimiento tendiente a alcanzar un “pacto fiscal”.

La propuesta está basada en que la actual pandemia ha puesto a la economía hondureña sobre la línea de una recesión. Y lo que agrava el escenario es que nuestro país no tiene pensada ni diseñada una estrategia para sacar de su estado de postración al aparato productivo.

Los indicadores económicos han tocado sus mínimos como resultado de la emergencia de salud. Las proyecciones dicen que el país ha retrocedido una década, mientras las previsiones más alentadoras indican que Honduras podría comenzar a mostrar ciertos signos de recuperación en dos años.

El Pacto Fiscal que urgen reconocidos economistas y ex ministros de Finanzas es una vieja tesis que nunca se ha materializado. No ha sido objeto de interés por parte de las autoridades gubernamentales que más bien le han apostado a la improvisación en el manejo de la hacienda.

Los esfuerzos que se han hecho en ese campo han resultado ser un espejismo. En 2018, por ejemplo, el Poder Ejecutivo patrocinó una convergencia de sectores económicos y sociales en lo que se dio en llamar “Mesa Amplia por un Pacto Fiscal”, con el compromiso de forjar un acuerdo justo e inclusivo.

La iniciativa se había enfocado en los fines de obtener una significativa baja en los niveles de pobreza e inequidad social, mediante el pacto fiscal.

Para ese momento, se habían definido seis ejes temáticos que servirían de base en la arquitectura del gran acuerdo fiscal: Los impuestos y las exoneraciones, la masa salarial, las inversiones, el plan de ingresos y gastos y la austeridad y, finalmente, la transparencia.

Hace dos años la propuesta de un pacto fiscal fue calificado por parte de las organizaciones no gubernamentales y de desarrollo y por el Foro Social de la Deuda Externa (Fosdeh), como un paso importante y trascendental, pues era un tema que había vuelto a la mesa de debate después de 20 años en el olvido.

Los patronatos y las municipalidades, de su lado, se pronunciaron por un ordenamiento desde la casa y un compromiso de todos los sectores, en tanto que la academia y la cúpula empresarial empeñaron su concurso para arribar a un gran convenio para cuadrar las finanzas del país y, desde dicha plataforma, catapultar el progreso de Honduras.

Todo quedó en palabras y en documentos. Ahora que las finanzas de Honduras están en serios apuros, se coloca sobre la mesa el mismo tema: El Pacto Fiscal, el ordenamiento de las cuentas públicas, la planificación para reactivar la economía y revisión de un nuevo orden de igualdad social.

Estos días de crisis nos plantean enormes dificultades y gigantescos retos que es menester que enfrentemos con un compromiso serio y honesto,a favor de un reordenamiento de nuestras finanzas y de la reactivación de la economía hondureña que ahora tambalea por razón de la contingencia que nos abate con particular agresividad.