Mientras la tragedia que ahora se ha cebado con la población de Guanaja mueve y pone a prueba de nuevo, la solidaridad como un sentimiento de unidad, lo ocurrido el fin de semana en la zona insular sirve como un llamado de alerta para que reflexionemos sobre las políticas de prevención y seguridad ciudadana que deberían regir en el país y que a la luz de lo sucedido, distan mucho de la realidad.

La situación de calamidad extrema en la que han quedado las familias que lo perdieron todo en el pavoroso incendio que destruyó parcialmente la isla, ha sacudido nuestro sentimiento esencial de vida que nos llama a servir y hacer el bien hacia el semejante en desgracia, pero nos mueve a revisar nuestra critica realidad en temas de prevención de riesgos y mitigación de desastres, como retos por lejos, pendientes de encarar.

La tragedia que ha dejado sin nada a decenas de familias en el cayo de Guanaja nos duele, pero nos obliga a preguntarnos si con una política pública de prevención de desastres y mitigación de riesgos se pudo haber evitado?.

En un país como el nuestro, con una grave falta de cultura de la prevención, sin saber que hacer desde la institucionalidad en cuánto a políticas públicas, sin equipamiento que nos prepare en la reacción en casos de emergencia, lo ocurrido en Guanaja, en donde gracias Dios no hubo a pesar de la magnitud de la tragedia, víctimas mortales, necesitamos trabajar de una vez por todas, y sin esperar más que suceda la siguiente catástrofe, en un plan de país que mitigue riesgos y prevenga desastres!.

No es mucho pedir cuando está de por medio la vida misma y los bienes de las personas! Reza una premisa que no hay amenaza más peligrosa para una sociedad que un incompetente sistema y la inacción de la institucionalidad frente a los riesgos y necesidades de la población. Lo de Guanaja el fin de semana, o lo que sucedió a finales del año anterior en el vulnerable Valle de Sula con el paso devastador de las tormentas tropicales, no pueden postergar más estructuración de un urgente plan de prevención y mitigación!.

Te podría interesar: UNAH en disposición de colaborar con reconstrucción de Guanaja, Islas de la Bahía

En las últimas cinco décadas los fenómenos naturales se han cobrado la vida de unos quince mil compatriotas en el vulnerable Valle de Sula y la última gran obra para prevenir las grandes y fatales inundaciones data del ya lejano año 2005. ¿Cómo se puede justificar que a pesar de la devastadora vulnerabilidad y de los millonarios daños que las inundaciones provocan en la región del país que más riqueza genera, no se haya vuelto a construir una obra de gran envergadura para evitarlo o cuando menos, mitigarlo?

Ahora ocurre el pavoroso incendio que ha destruido la mitad del cayo bajo de Guanaja y nos preguntamos si esa tragedia se pudo prevenir, desde la perspectiva de haber evitado semejante hacinamiento de casas y de más de cinco mil habitantes en una pequeñísima área densamente poblada. ¿No fue un terrible e indulgente descuido cuando se permitió que dicho cayo se sobre poblara de casas construidas desordenadamente, exponiendo de esa forma los bienes y la vida misma de sus pobladores?.

Como se puede apreciar, todo pasa por la organización y la institucionalización de políticas eficientes de prevención y reacción. Insistimos, hay causas estructurales y naturales frente a las que no se puede hacer mucho pero lo sucedido en la zona insular del país, tiene también que ver con la falta de esas políticas públicas y planes de país.

Y mientras los brazos solidarios de los medios de comunicación ligados al corazón del pueblo, Emisoras Unidas y Televicentro, entrelazados con la esencia de vida de los hondureños que es servir y ayudar al semejante en desgracia, trabajemos entonces en crear una mayor conciencia, cooperación y preparación desde los planes de país y políticas públicas eficientes.

Es lo que las circunstancias y condiciones de vulnerabilidad le exigen a los que quieren gobernar Honduras. Que la falta de previsión y la negligencia institucional no le sigan pasando factura a la expuesta y vulnerable población y que lo que pasó antes en el Valle de Sula y ahora en Guanaja, Islas de la Bahía, no siga siendo moneda de curso corriente en nuestro adolorido y golpeado país.

Vea: Empresa privada se suma al envío de víveres para los pobladores de Guanaja