Las pruebas de conocimiento aplicadas a los profesores no son satisfactorias. En general, las evaluaciones arrojan que los maestros apenas rozan el 60 por ciento en promedio.

Una de las flaquezas del sistema educativo nacional es la formación docente bajo los estándares que exige el sistema de educación de calidad.

Reportes de organismos nacionales e internaciones hacen hincapié en que para elevar la pertinencia de la enseñanza hay que establecer los contenidos que se espera transmitir a los estudiantes.

En este contexto, los profesores son el primer eslabón del proceso de enseñanza-aprendizaje en su condición de facilitadores en las aulas de clases.

El informe "Educación: Una Deuda Pendiente", concluye que en Honduras aún no se han desarrollado materiales que señalen clara y sistemáticamente lo que los docentes deben saber y hacer.

Esto incluye el desarrollo de competencias, planificación de estrategias pedagógicas, organización del trabajo para asimilación de conocimiento y la creación de un clima favorable al aprendizaje.

En el Reglamento de Evaluación Docente se expone el concepto de los estándares de desempeño docente, pero no los formula. No se ha avanzado ni en esa asignatura ni en la construcción de un manual de desempeño magisterial.

Las pruebas de conocimiento aplicadas a los profesores no son satisfactorias. En general, las evaluaciones arrojan que los maestros apenas rozan el 60 por ciento en promedio.

De manera singular, se sabe que los educadores presentan muchas deficiencias en la comprensión de lectura, análisis de información y razonamiento de datos, lo mismo que el manejo de las áreas de matemáticas.

La medición del desempeño de los maestros debería de convertirse en un proceso periódico y en continua evolución, de conformidad con los lineamientos de la Carrera Docente.

Los estudios sobre el estado del proceso enseñanza-aprendizaje en Honduras concluye que no hay correspondencia entre la estructura curricular y el perfil de los maestros en cuanto a la especialización de sus competencias.

Es bien sabido que la Ley Fundamental de Educación introdujo modificaciones en la formación académica de los profesores y su ingreso en la carrera docente; sin embargo, el papel de ellos como facilitadores para generar conocimiento en las aulas sigue siendo muy deficiente.

La formación permanente de los profesores se caracteriza por ser débil, limitada y poco articulada. En el área de gestión de recurso docente los avances son menores todavía, lo que lleva a razonar que el sistema educativo tiene menos fortalezas si no se hacen cambios integrales en la carrera magisterial.

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