El estadounidense Timothy McVeigh fue ejecutado con una inyección letal, tras haber sido declarado culpable de 11 cargos federales después que el 19 de abril de 1995 hiciera explotar una bomba en un edificio del FBI en la ciudad de Oklahoma, que causó la muerte de 168 personas.

El sentenciado, quien en ese entonces tenía 26 años de edad, se convirtió en el autor del acto terrorista más grave de la historia de los Estados Unidos, después del atentado del 11 de septiembre de 2001 por el atentado a las Torres Gemelas.

Según el portal El Mundo, en 1993, McVeigh con otro hombre, llamado Terry Nichols, planificaron el acto criminal; alquilaron un camión para el atentado y lo convirtieron en un coche bomba con 1800 kilos de nitrato y varias cajas de Tovex, con un alto componente explosivo.

Acto seguido, la bomba explotó en Oklahoma el 19 de abril de 1995 a las 9:02 de la mañana, matando a 168 personas entre las que había 19 niños menores de seis años, quienes estaban siendo cuidados en la guardería para los hijos de los empleados que laboraban en las oficinas del edificio.

Sin decir una palabra de arrepentimiento, previo a su ejecución con inyección letal, McVeigh actuaba como si estuviese orgulloso de haber matado a esas 168 personas.

Con la aplicación de la condena a la pena de muerte, él se convirtió en la víctima número 169.

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