En el marco del Día Internacional contra la Corrupción, la socióloga Isbela Orellana brindó datos alarmantes sobre la realidad socioeconómica de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras. Durante su participación en el foro Corrupción e Impunidad , Orellana destacó que, a pesar de la percepción generalizada de que San Pedro Sula es la ciudad más próspera del país, un 59% de su población sigue viviendo en condiciones de pobreza extrema. En una entrevista con el noticiero Hoy Mismo de TSi, subrayó que este fenómeno es un reflejo de las profundas desigualdades estructurales que afectan a amplios sectores de la población sampedrana. La socióloga explicó que, en muchos casos, la pobreza está vinculada a la falta de políticas públicas efectivas, así como a la marginación histórica de ciertos grupos poblacionales, especialmente las comunidades indígenas. “Este día se ha dado información importante que visibiliza lo que estamos viviendo en San Pedro Sula. Aunque la ciudad se considera la más brillante del país, la realidad es que el 59% de su población sigue en pobreza , expresó Orellana. Señaló que esto es una muestra de desconexión entre lo que se percibe y lo que realmente está sucediendo. 🔴❗Foro Corrupción e Impunidad destaca que el 59% de la población de SPS vive en condiciones de pobreza. pic.twitter.com/lolXnlKPby— TSiHonduras (@TSiHonduras) December 9, 2024 La invisibilidad de las comunidades indígenas Uno de los puntos más críticos que destacó la socióloga fue la situación de las comunidades indígenas que habitan en la ciudad. Según Orellana, estas poblaciones siguen siendo profundamente invisibilizadas, tanto en términos sociales como económicos. En particular, mencionó a las comunidades que habitan en los bordos, áreas que no solo representan un riesgo para la salud y la seguridad, sino que también son un claro ejemplo de la falta de atención estatal. “En los bordos de San Pedro Sula viven alrededor de 22,000 familias, lo que equivale a más de 100,000 personas , señaló Orellana. Explicó que estas familias viven en condiciones de vulnerabilidad y pobreza extrema. Sus viviendas son precarias, sin acceso a servicios básicos, en una situación que perdura desde hace más de tres décadas. El problema de los bordos y la falta de soluciones Los bordos son áreas en las que se han ubicado familias desplazadas por diversas catástrofes naturales, particularmente huracanes, a lo largo de los años. Sin embargo, estas zonas no han sido urbanizadas ni regularizadas, y las condiciones de vida continúan siendo deplorables. A pesar de los esfuerzos gubernamentales para resolver esta situación, el problema persiste. Orellana hizo énfasis en que, por más de 30 años, las autoridades han intentado mitigar el problema, pero no han encontrado soluciones definitivas. La socióloga recordó que, en el pasado, tras cada huracán que azotó el país, los habitantes de los bordos fueron reubicados temporalmente en zonas como Rivera Hernández, La Pradera o La Sandoval, pero las condiciones de vida en estos sectores no mejoraron. “Lo que realmente necesita San Pedro Sula es una política pública que permita darles a estas familias no solo un espacio físico para vivir, sino un lugar donde puedan desarrollarse dignamente , subrayó. A su criterio, se requieren soluciones que permitan el uso de los bordos, no solo como sitios para habitar, sino que ofrezcan oportunidades de empleo, salud, educación y seguridad. La urgencia de una política integral En su intervención, la socióloga no solo alertó sobre las condiciones de pobreza de la ciudad, sino que también señaló la urgente necesidad de que se implementen políticas públicas más integrales. Para ella, es fundamental que se aborden las raíces de la pobreza, como la falta de acceso a servicios básicos, la discriminación y la marginación de sectores vulnerables. “Otra cuestión fundamental es la falta de acceso a servicios básicos. Muchas de las familias en pobreza extrema no tienen acceso a agua potable, electricidad o atención médica , lamentó Orellana. Enfatizó que estos son derechos humanos que siguen siendo negados para un gran número de sampedranos. La socióloga también señaló que la pobreza no solo afecta a los sectores más empobrecidos, sino que también tiene un impacto negativo en el desarrollo general de la ciudad. Según sus palabras, el crecimiento urbano de San Pedro Sula ha sido desigual y ha contribuido al desorden en la distribución de recursos y la planificación territorial.