En Ecuador, dos candidatos disputarán ahora una segunda vuelta: Luisa González, discípula de Rafael Correa, expresidente populista de izquierda; y Daniel Noboa, un hombre de 35 años que hasta hace unos días obtenía resultados de un solo dígito en los sondeos previos a las votaciones.

En Guatemala, el resultado fue una victoria arrolladora para Bernardo Arévalo, un reformista que obtuvo el 61 por ciento de los votos, muy por delante del 39 por ciento que obtuvo Sandra Torres, ex primera dama que se postuló (infructuosamente) por tercera vez a la presidencia. Ambas elecciones muestran que los latinoamericanos están hartos del statu quo.

La promesa de Arévalo, hijo del primer presidente elegido de manera democrática en Guatemala, es combatir la corrupción. Esto atrajo a los votantes enojados por la influencia que ejerce sobre el Estado una red en expansión de élites políticas, militares y económicas, a la que los guatemaltecos se refieren como "el pacto de corruptos".

Aunque Arévalo ha pasado parte de su carrera como diplomático, su partido, Movimiento Semilla, es relativamente nuevo y fue fundado por académicos.

Dos elecciones, un tema

Desde hace tiempo, el aumento de la corrupción y el crimen han inquietado a los votantes en toda la región. En el caso de Guatemala, ha sido particularmente obvio. En 2019, un expresidente desmanteló un organismo anticorrupción respaldado por la ONU.

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Por lo general, se cree que los legisladores reciben dinero de los narcotraficantes a cambio de su connivencia. Bajo el presidente saliente, Alejandro Giammattei, los tribunales han estado repletos de personas leales a la élite política. Decenas de jueces y periodistas independientes han huido del país.

Muchos esperan que la victoria de Arévalo pueda revertir este declive democrático. Los guatemaltecos en la capital celebraron con fuegos artificiales y los temores de que el “pacto de corruptos” arruinara las elecciones no se hicieron realidad.

La votación se desarrolló de manera pacífica y sin informes de irregularidades importantes. De hecho, Giammattei se apresuró a felicitar a Arévalo.

No obstante, es probable que desde ahora hasta la toma de posesión en enero haya desafíos legales. Torres aún no acepta el resultado. Nueve partidos políticos introdujeron una impugnación legal espuria de la votación tras la primera vuelta en junio.

Otro caso en curso intenta revocar la situación jurídica de Movimiento Semilla con base en irregularidades de su inscripción (las cuales niega el partido). Aun así, Juan Carlos Zapata, de Fundesa, un laboratorio de ideas en Ciudad de Guatemala, considera que cualquier recusación se resolverá rápidamente. "El mensaje de los votantes fue muy claro", afirma.

El período electoral ecuatoriano ha sido igual de turbulento. Apenas 11 días antes de la votación, Fernando Villavicencio, un candidato que hacía campaña con una plataforma anticorrupción, fue asesinado a tiros.

Esto llevó a los analistas a creer que los candidatos que saldrían victoriosos serían aquellos que resaltaran un mensaje de ley y orden. Las tasas de homicidio se han cuadruplicado desde 2018 a 26 por cada 100,000 personas por año, una tasa más alta que en México o Colombia.

El resultado de Ecuador, en cambio, denota a un país profundamente dividido. González obtuvo el 34 por ciento de los votos. Su éxito apunta a la constante influencia de Correa, quien gobernó de 2007 a 2017 y luego se autoexilió en Bélgica, donde trabajó como presentador de Russia Today, un canal de noticias vinculado al Kremlin.

En 2020, fue juzgado en rebeldía por corrupción (cargo que él niega) y condenado a ocho años de cárcel. Pero muchos votantes quizá sientan nostalgia por su gobierno, que coincidió con un auge de las materias primas; las tasas de pobreza cayeron y el país estuvo en relativa calma.

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Por el contrario, el inesperado segundo lugar que consiguió Noboa, con el 23 por ciento de los votos, sugiere que algunos ecuatorianos —particularmente los más jóvenes— quieren algo diferente. Noboa, legislador desde 2021, es descendiente de una de las familias más ricas de América Latina.

Su padre se postuló cinco veces sin éxito a la presidencia. Noboa apuesta por impulsar los acuerdos de libre comercio y reducir los impuestos. Tuvo un buen desempeño en el debate presidencial final y los videos de su actuación se volvieron virales en internet.

Si puede ganarse a aquellos votantes que optaron por los otros candidatos centristas, o aquellos que no recuerdan con agrado a Correa, podría salir victorioso en la segunda vuelta que se realizará el 15 de octubre.

Sin embargo, de llegar al poder, estos políticos reformistas enfrentarán grandes desafíos. Las elites guatemaltecas quizás intenten poner obstáculos en el camino de Arévalo, sobre todo porque ha sido franco respecto a que desafiará el control que tienen estas sobre las instituciones estatales.

Movimiento Semilla ganó 35 escaños en el Congreso en las elecciones de junio, un gran aumento con respecto a los siete que obtuvo anteriormente. Pero es sólo el tercer partido más grande. Parece que el Congreso de Ecuador también se mantendrá fragmentado.

El éxito de los candidatos que no son favoritos no se limita a estos países. La semana pasada, Javier Milei, un economista libertario que fue elegido al Congreso en 2021, obtuvo la mayor cantidad de votos en las primarias de Argentina.

Ahora se enfrentará a políticos más establecidos en las elecciones del 22 de octubre. Los ganadores sorpresa no siempre salen bien: Nayib Bukele de El Salvador ha reducido las tasas de homicidios desde que fue elegido en 2019, pero ha atacado a las instituciones y busca permanecer en el poder más allá de los límites de mandato que permiten las leyes del país.

Muchos guatemaltecos esperan que Arévalo, al menos, sea diferente.

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